23/2/2016
Los tiempos se dan una su vuelta de vez en cuando. Hay tiempos que de por sí ya están fijados, que sea, cada tres años te asomas a mi puerta y sonríes como si quisieras expresar sorpresa de verme y como si quisieras ocultar la repugnancia que te causa escucharme. Pero todo se refleja en el brillo de tus ojos.
Hay tiempos que se muestran luminosos, con sus verdes color ternura, con sus azules celestiales, con sus grises del color de la esperanza. Mismos tiempos que nos dicen que hay que darles la vuelta a los ánimos para lograr las metas de nuestra historia. Sí, las metas de las historias que colectivamente vamos forjando.
Voy a tutearte porque ya de por sí no puedo hablarle a los que se llaman candidatos de usté; el usté se me hace difícil dirigirlo.
Fíjate que ayer estuvimos de nueva cuenta en San Francisco la Paz, Chimalapa. Rompimos un nuevo cerco que imponen los tiempos electorales; infringimos la orden del gobierno del estado a través de su comisionada de derechos humanos. El llamado de las presidencias municipales de San Miguel y Santa María Chimalapa maiceados por sus jefes político. Rompimos el cerco impuesto por los consejos de otros más que nos decían: “No vayan a la caravana, no sigan metiendo ruido: van a interferir las órdenes de aprehensión”. Aun así, tomamos caminos y avanzamos; hicimos ludotecas, charlas, entrevistas en video, fotografías, pero sobre todo llevamos esperanza a ante la desolación.
Cuando alguien toma el camino de ser candidato empieza a representar una forma de ser, empieza a ponerse etiquetas encima. No importa que seas candidato ciudadano, no importa que hayas sido luchador social: ya que te haces candidato vas buscando representar instituciones, instituciones que, en nuestra memoria, tienen un referente de desprecio.
Ahora que ya eres candidato tu discurso va a prometer. Si llegas a ganar vas a representar a ese gobierno que no quiere resolver los problemas que ese mismo gobierno propició. Por ejemplo, Gabino Cué Monteagudo, desgobernador de Oaxaca, no ha dicho una sola palabra, al menos en una declaración, acerca de la invasión de Chiapas al territorio oaxaqueño. Las mismas tierras por las que se ha indemnizado a los terratenientes-narcos-políticos chiapanecos están volviendo a ser invadidas por los mismos a los que ya se les pagó aun siendo culpables de devastar la selva. Un gobierno que no dice nada ante la violación de la soberanía de su estado comete traición, y debe ser juzgado. Un diputado que no dice ni hace nada ante esta violación de soberanía se convierte en cómplice del invasor.
Tú, que eres candidato, debes saber que los partidos representan una forma de pensar y de actuar. Así como le entras al partido le entras a ser asesorado-manipulado por alguien que ya estuvo de gobierno o al menos ha representado su partido. ¿A qué línea representas que no conozcamos? ¿A los del azul color del baño público? ¿A los del color amarillo cómplice de la desaparición forzada de estudiantes? ¿A los rojos o tricolores vendepatrias asesinos de indígenas, defensores comunitarios, periodistas, jóvenes y un largo etcétera? ¿Al color verde despojo? ¿Al nuevo partido fundado por quien ya conocemos? ¿Al mismo gobierno multicolor que bloqueó la preparatoria, donde estudió, en este trienio? ¿A ese que se dedicó a despretigiarnos? ¿A ese que nos acorraló con su policía en pleno parque cuando se le pedía al presidente de la república que no hiciera cambio de uso de suelo?
No me digas que vienes de candidato independiente. No me digas que te autonombraste. ¿Quiénes te propusieron ser candidato? ¿Son gente confiable? Tengo mis dudas. Si eres independiente autonombrado me parece que estás fanfarroneando. En tu juego fanfarrón le haces al juego a los otros partidos. Porque quien se autonombra para una comisión o servicio o es que de verdad tiene un historial que le sostenga (curriculum vitae demostrable) o llanamente quiere usar el cargo para sus propios intereses.
Fíjate que hay un pequeño grupo de gente que sí tenemos memoria. De tarde en tarde, al ponerse el sol, nos sentamos bajo nuestros árboles, caminamos la orilla del río, nos recostamos en las arenas de la orilla del mar y, mientras un vientecito juega en nuestro rostro, la mirada se fija en el poniente, la luz ámbar penetra nuestros ojos, el murmullo de los pájaros envuelve mágicamente el altar de la memoria, y ahí hablamos con nuestros ancestros. Nos contamos las penas, nos contamos las traiciones y sacamos le papel de la historia.
Cada encuentro con los cuidadores de la mar, con los cuidadores de la tierra, con los cuidadores del agua, nos llevan a ver los corazones de nuestra gente. Cada día esperamos que haya un pequeño movimiento que indique que puede haber esperanza. Cada día esperamos que se haya avanzado. Cada día esperamos que alguien grite de impotencia un: “¡Ya basta!”. Cada día esperamos que no te hagas político mediocre. Cada día añoramos el gran día de la América Nuestra donde construyamos vida para todos.
Señor candidato, te recomiendo que dejes a un lado ese afán de ser autoridad, de ser gobierno, de ser poder. Te recomiendo una pequeña dosis de humildad. No seas como todo político del pasado, que dice que va a hacer una limpia de la educación y que va transformar tal o cual escuela que le dio estudios y resultes al final alguien que huye del pueblo superado por el crimen desorganizado.
Te recomiendo que te des la oportunidad de verte en el espejo de tu pueblo. Acércate a los sabios del pueblo, no a los sabios de título. Proponte resolver problemas. Te aconsejo que te rodees de gente sincera.
Te deseo que no ganes las elecciones. Dicen las malas lenguas que, una vez ganando, el poder se introyecta en tus venas y empiezas a crecer, pero no mero tu creces: es que te subes a las espaldas de quienes te votaron. Espero que algún día esos que sostienen en sus espaldas a los que se dicen con poder se muevan, se sacudan y hagan llegar a los encumbrados al lugar que les corresponde: el suelo.
Nota: estaba la asamblea de San Francisco la Paz cansada, cabizbaja, angustiada. Las comisiones e informadores no traían noticias esperanzadoras. Se anuncia un largo proceso que gracias al momento electoral no puede ser violento.
Casi al final de la asamblea, la pericia de Marcelino del Tepeyac hizo introducir una nueva palabra a la ya de por sí horizontal asamblea. Se hizo la palabra de los y las jóvenes y la palabra del niño y niña.
La infancia de San Francisco la Paz dio a conocer qué tan valioso es para ellos el lugar que sus padres defienden, y los jóvenes dijeron que ellos y ellas están dispuestos a defender, como sus padres, ese espacio que les es sagrado: su tierra, su territorio, su agua, su vida.
Frente a la quietud del gobierno que no cumple su palabra ni su firma, la esperanza renació y algunos ojos se llenaron de lágrimas. Aunque todas las noticias de fuera sean contrarias, en San Francisco la Paz la esperanza se nace de sí misma. Hay una posibilidad de vivir.
Carta a un candidato
Manuel Antonio Ruiz
Tomada de www.antoniopc.blogspot.com