17/06/2015
Querido hijo, espero que al recibir la presente te encuentres bien. Hace mucho que no recibo una carta, mucho menos una visita tuya. Quiero pensar que es porque tienes mucho trabajo y varias responsabilidades que impiden tu llegada a mí; sin embargo, yo nunca me olvido de ti.
Te veo en las calles, en las escuelas, en el parque, inclusive en la iglesia; en el río, en el mar. Guardo tus recuerdos, tu imagen y, cuando pienso en ti, imagino que me extrañas y que me tienes presente en tu mente y corazón.
¿Sabes? Las cosas por aquí van de mal en peor: tus hermanos aún viviendo aquí conmigo no logran hacerme saber si soy importante para ellos, pues con su actitud me demuestran lo contrario.
Cada día tengo más inseguridad y menos empleo, y el dinero ya no me alcanza para cubrir los gastos necesarios. Ellos me exigen mucho, pero colaboran poco. Amenazan con dejarme, igual que tú. Aseguran que en otro lugar tendrán una mejor vida que la que yo les ofrezco. Y, aunque no se los digo, eso me duele, pues creo que tengo lo necesario para que continúen su vida aquí: tierras que cultivar, un mar en el que pueden pescar, un río en el que se puede lavar, bañar y nadar. A lo mejor me falte educación superior, pero, si me ayudan, yo mismo se las puedo dar.
Me aterra pensar que, así como tú tuviste que emigrar a otro lugar, ellos también lo hagan y que, si bien me va, tenga que pasar mucho tiempo para que vuelvan y en su hamaca se puedan acostar.
Yo, Ixhuatán, me siento olvidado, y no solo por ustedes, mis hijos ausentes, sino también por mis hijos presentes. Al gobierno mejor ni lo menciono, pues a él lo justifico, ese nunca se acuerda de mi, y prefiero no darle importancia a quien no la merece. Pero por ti, mi bola de oro, le pido al santo creador que nunca me borre de tu memoria y que, aunque sea de lejos, digas: “Bendito Ixhuatán de mis amores”.
En donde quiera que estés, recibe de este tu pueblo natal un sincero abrazo y besos enormes.
P. D.: espero tu respuesta pronto.
Atentamente: San Francisco Ixhuatán, Oaxaca.
Carta de un pueblo olvidado
Alhelí Ruiz Fuentes
Tomada del sitio www.fondopc.com