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Xhunca

 

Déjame

 

Déjame darte un beso, transpirar tu esencia, posarme en tu centro y postrarme ante tu belleza sublime.

 

Deja que tus ojos sean mi guía, ante la ceguera de esta sociedad sorprendida, mientras conduces mi aliento al agua de tu vida.

 

Déjame ser tu alma gemela, para beberme el último café de la noche y apagar la televisión mientras te arrullo en mis brazos.

 

Déjame caminar contigo, apretándote los dedos, mientras nuestros pasos toman el ritmo que la sombra de la única nube nos cobija en este desierto.

 

Déjame amarte, istmeña, que tu amor me hace vivir.

 

 

Por una eternidad juntos

 

Sabes

 

para encontrarte me guíe por las estrellas

 

aprovechando la ausencia de los cometas

 

vengo del Sol

 

pasé antes por la Luna

 

allí deje el anillo robado a Saturno

 

para después adornar tus manos que me acarician

 

cual caminante de la Vía Láctea

 

pinté en el universo un oráculo que describía un rito para Afrodita.

 

Y dejé los otros mundos para buscarte

 

en la eternidad de nuestros sueños

 

y entregarme al fuego que nos da vida

 

para entonces

 

solo dejé ir el alma y perdí la conciencia

 

sin religión

 

solo pude rendirle culto a tu belleza

 

y me entregué a ti

 

y fui de ti

 

por los siglos del infinito

 

en un cosmos donde solo el creador fue testigo

 

vengo del Sol

 

aprovechando la ausencia de los cometas

 

me guíe por las estrellas

 

para encontrarte.

Catorcena

Bersaín Hernández Castellejos

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