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Cuando los satélites no alcancen,

yo vengo a ofrecer mi corazón

La negra, Meche Sosa

 

Colados como prensa en México WindPower, Exposición y Congreso, nos encontramos con los empresarios de las eólicas que operan en el país y otras más que están llegando a invertir.

 

En el congreso presionan al gobierno mexicano. Dicen que, como el país no tiene capacidad de conducción de electricidad, ahora ellas mismas deben tener su propia red de distribución eléctrica. Lo curioso es que llegaron diciendo que, tras 25 años de uso, devolverían la infraestructura a la nación. Así entraron y cambiaron la ley y privatizaron nuestra lucha revolucionaria.

 

Dicen que, en cuanto a generación de empleo, sí hay trabajo para albañiles; para ingenieros o mecánicos no hay, pues quienes están al pendiente de todos los parques de una empresa en operación se reúnen en una oficina en un país de Europa. Todo se resuelve por sistema.

 

Lo importante de los parques eólicos es el negocio de los certificados: con el Certificado de Carbono Verde puedes contaminar lo que quieras, pero compra certificados a los que no contaminan, y así te limpias la cara (esto se paga a pueblos indígenas con bosques, a lo cual el gobierno llama servicios ambientales), mientras que el Certificado de Energía Limpia se otorga a quien no consume combustible fósil.

 

La energía se utilizará en las empresas mineras que pretenden implantarse en el Istmo y el resto del Pacífico. ¿Sabes que Grupo México (sí el mismo que contaminó el río Sonora) ya tiene un parque eólico en el Istmo?

 

El presidente de la cámara de empresarios está gestionando para que las consultas (obligadas por tratados internaciones) no sean vinculantes, es decir, hay que hacer el juego de preguntar a la gente sobre el proyecto, pero no les hagamos caso: implantemos el proyecto.

 

Y, bueno, en septiembre inicia la operación de proyectos. Es la fecha en que concluye el plazo para que la CFE renueve su infraestructura de distribución eléctrica. ¿Por qué creen que cambiaron los cables de alta tensión de Ixhuatán al crucero? Fecha memorable. Quizá esas empresas paguen la fiesta de la Independencia el 15 de septiembre y los respectivos refrescos del día 16, después del desfile. Tendremos los mejores festejos de Independencia.

 

El asunto es que ¿por qué me opongo al progreso, al desarrollo, a la inversión transnacional? Porque sí, nomás que porque quien paga manda. Quien pone el dinero manda y somete y obliga y te vuelve dependiente, y nomás no quiero ser eso. Lo peor, no quiero eso para ti, estimado lector (si me lees).

 

Cuando las eólicas nos alcancen, nos alcanza la desaparición forzada, la pena de muerte, el sometimiento, el despojo, la muerte.

 

Ahí te voy, Ixhuatán, come camarón y pescado todo lo que puedas porque, si las dejas entrar, no habrá más. Y, cuando lleguen las eólicas, está limpio el camino para las mineras.

 

¿Sabes cómo soplará el viento en los próximos 20 años?

Cuando las eólicas nos alcancen

(Nota breve de terror)

Manuel Antonio Ruiz

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