Los más viejos, los abuelos de nuestros abuelos, los binnigulaza, los que primero llovieron en la tierra, contaron a sus nietos estas historias que te cuento. Decían ellos: “Cada guerra que se hace se hace para ampliar territorio. Cada muerto en esa guerra es un muerto inútil. Los estados que pelean la guerra se convierten en asesinos”.
Las guerras:
Muchas guerras se han creado. Una de las primeras guerras en el Istmo de Tehuantepec fue con los aztecas. El pueblo ikoojts, que por aquel tiempo vivía por Jalapa del Marqués, resistió a una guerra creada por los mexicas. Ganaron una batalla, pero, al perseguir a los aztecas, fueron emboscados y llevados a los sacrificios. Y, como esa, muchas otras se han llevado a cabo.
Ahora mismo, la guerra ha llegado a nosotros, estamos en la guerra. La guerra más estúpida (todas las guerras lo son) que la humanidad ha tenido fue declarada en nuestra contra. A esa guerra le pusieron por nombre “Desarrollo”, y con ese nombre nos atrapan y someten, hasta sirve de lema para decirnos que están de nuestro lado.
Como te dije anteriormente en este mismo espacio, la finalidad de la guerra es posesionarse del territorio y extraer de él lo que llaman “los recursos”. Habrase visto semejante idiotez: a madre Tierra le llaman recurso. Y este recurso se usa para el desarrollo, que sea, el desarrollo son unas familias que componen los consorcios transnacionales. Ellos y ellas son los que nos han declarado la guerra, una guerra que termina destruyendo el planeta. No hay mayor estupidez que esa: desarrollarse y destruir el planeta que nos ha dado vida.
Ya en otro momento hemos dado a conocer los polígonos de los que se quieren adueñar tanto en Zanatepec como en Ixhuatán y sus alrededores. Para lograrlo han sentado en las curules a sus dependientes y le ponen por nombre Comisión de Energías Renovables para decir que están trabajando por la vida, cuando con ello han traicionado a sus propias familias. Tanto los diputados locales como federales (los que ya fueron y los que ahora son) son los directos responsables de los enfrentamientos entre pueblos y de la derrota de Ixhuatán ante esa guerra.
Una vez que se firmen los contratos de usufrutuo habrán ganado y se instalarán para traernos del fruto del desarrollo: muerte, sufrimiento, dolor en la vida de la gente del pueblo. Sobre todo de los que no tenemos tierras.
Por este rumbo se escucha decir que la gente de Ixhuatán se arma contra la gente de Pueblo Nuevo, que los de Pueblo Nuevo van a entrar en tierra de Ixhuatán. Que los de El Morro están metiéndose en la tierra de Pueblo Nuevo sin respetar los límites que establece la creación de su ejido, que ya la gente está armada. Esa es otra guerra estúpida. Un pleito fabricado por los externos para vencernos pronto.
De lo que pude hacerse:
Desde este espacio respondemos a la declaración de guerra lanzada por el gran capital. Nosotros haremos esta guerra con fiesta, como se debe, como nos enseñaron los binnigulaza. Habremos de juntarnos y hacer una gran fiesta. Una fiesta que nos una, nos regenere y construya una nueva forma de vida.
Cuentan los más viejos que traer la alegría es nuestra misión. Traer la alegría que da la comida, la alegría que da el descanso después de un largo día; la alegría que da el mar y el río cada año cuando nos renovamos al bañarnos de mar o de río.
Es necesario hacer fiesta y es necesario que Ixhuatán no le gane a Pueblo Nuevo la guerra. Ojalá que la madre Tierra le gane la guerra a las transnacionales invasoras y matadoras de la vida y que los mareños (huaves Ikoojts), ixhuatecos e ixhuatecas bailen esa guerra juntos y juntas y no uno contra otro.
Nota final:
En Tapanatepec ya hicieron los estudios de prefactibilidad dentro de la concesión minera.
En Zanatepec están por llegar para ese estudio.
En Ixhuatán, las eólicas están avanzando. El comisariado de bienes comunales de San Francisco ha dado el sí y nos ha traicionado. El presidente no ha firmado el cambio de uso de suelo, pero, para presionarlo, desde la curul se ha creado el pleito interno.
Los pescadores y algunas gentes han dicho que, si las eólicas entran, van a quemar las máquinas como en el pasado lo han hecho.
Al parecer, la gente de Cachimbo se rebeló al desplazamiento forzado que querían hacerle disfrazado de reubicación humanitaria. Pero me quedé con una duda: ¿alguien sabe cómo será usado el terreno que se compró para la reubicación de la gente de Cachimbo?
Nota grande:
Invitamos a todas y todos interesados, organizaciones, colectivos, estudiantes, profesionistas de cualquier carrera y de cualquier lugar a unirnos en este verano para hacer un brigadeo por toda la zona oriente del Istmo para informar sobre la situación de esta guerra, casa por casa y asamblea por asamblea.
Y también les invitamos a unirnos para realizar una consulta comunitaria por esta zona y levantar 10 mil firmas para dar la batalla legal en esta guerra.
La otra batalla que necesitamos armar es, ahora sí para los y las Ixhuatecas, ¿qué alternativas podemos hacer surgir en la región para seguir viviendo y mejorar el hábitat que tenemos?
¿Podríamos poner nuestra propia empresa eólica? O ¿podríamos crear nuestros generadores caseros?
¿Podríamos regresar al campo y crear nuestra propia industria para esos productos?
¿Es posible regenerar el bosque que nos comimos?