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Todo un quehacer se teje detrás de nuestras historias. Cuentan los más antiguos que, cuando los primeros hombres y mujeres llovieron el territorio –una vez llovidos, una vez instalados–, anduvieron con mucho quehacer. Movieron un poco la tierra pa un lado y luego movieron pal otro lado.

 

Que sea, mover la tierra es trabajar, que sea, que la tierra es de quien la trabaja, de quien la cuida, de quien la sostiene, de quien la hace producir y que la convive. Una vez que se movieron quedó todo como un gran valle alargado; grande, grande, como pijchilla, y por allá arriba se quedó un poco separada la sierra norte y por un lado la sierra que nomás se quedó atravesada.

 

Muy abajo se quedó la agua, muy conectada quedó con los árboles del arriba y muy conectada se quedó con la nubes y las estrella y la luna.

 

Así que ya se hizo la Tierra, y cada quien quedó en un su lugar que le corresponde. La vida vino a tomar su respiro.

 

Fue que en ese respiro las gentes se empezaron a organizarse; se puso un orden y se puso un acuerdo conjunto de a quién le toca cada cosa. Fue que en la organización entró un mal nagual del norte, que sea, un mal espíritu que se sintió que era benefactor.

 

Por las noches, este espíritu benefactor fue poniendo en las cabeceras unas hojas como de orquídeas, que sea, que ya no están verdes, y fue poniendo también flores de olores que les hicieron soñar sueños del norte.

 

En las noches, los espíritus de los hombres y mujeres salían a pasar por los caminos y se veían montados en unos sus carros y en sus aviones y licóteros y sus grandes restoranes de mucho ventanal de vidrios y sus aigres condicionados. Muy a la manera de los sueños gringos estaba su pensamiento.

 

Fue que, una vez que se ha visto el sueño, llegaron los malos nuaguales del norte vestidos de benefactores y se sentaron en las mesas de las fiestas y en las de las asamblea para que fueran reconocidos, y, una vez que se vieron ahí sentados, los dijeron:

 

–Bueno, el desarrollo ha llegado a su momento importante. Ustedes son los que han hecho este momento importante y ustedes son quienes se van a ver engrandecidos con este desarrollo. Van a aportar la más grande cantidad de energía létrica al mundo. Son el primer lugar en producción de energía y van a ser uno de los primeros lugares en producción de cobre, oro y plata y otros minerales. El desarrollo es de ustedes.

 

Muchos aplausos y aplausas se escucharon.

 

–Ahora, usteden y ustedan van tener que certificar su terrenito, que sea, se va a hacer un su programa de certificación del campo, y con esos ya van poder dar su terrenito para que saquemo todo el oro posible.

 

Y, entonces los más viejos y viejas vieron que sus sueños no solo eran sueños, de verdad se iba a tener un su carrito y hasta un su licótero pueden tener, y se vieron con ansias de vender su terrenito. Que sea, le entró la ambición en su alma.

 

Fue así que los de la cristalina se vieron muy atraídos y vendieron su alma al diablo, que se llama Minera Minaurum Gold, S. A. de C. V., y que tiene domicilio en Av. Ocampo 3806, colonia Bellavista, Chihuahua, Chihuahua, México, y por todo pago recibieron una camioneta de 30 mil pesos (es decir, un vejestorio gringo condenado a la muerte) como agradecimiento por dejar hacer la exploración en las tierras de los Chimalapas.

 

Y sus nombres están firmados el 27 de mayo de 2015: Jaime Pérez Jiménez, Conrado Pérez, Saulo Cruz Cruz, Cornelio Pérez Jiménez, Pascual G, que sea, pura familia, y del otro lado firma Mauricio Heiras Garibay.

 

¿Y el amor a madre tierra? ¿Y la herencia pa los hijos e hijas? ¿Y la vida buena? ¿Y dónde quedó la responsabilidad de la vida de quienes dependen del Ostuta? Que sea, se hubo traición y se dictó la muerte.

 

¿No va siendo la hora de violentarnos? ¿Es que siempre las violencias son malas? Vamo verlo en la siguiente vuelta. Las tipas de violencias o las no violencias que pueden vivirse.

 

Llorando a Ostuta.

De las traiciones

Manuel Antonio Ruiz

Tomada de YouTube

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