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Una de las estrategias más reforzadas del sistema patriarcal ha sido y –lamentablemente- sigue siendo la actitud machista en los y las humanas. Está impregnada en las instituciones de todo el mundo, y, aunque ha habido esfuerzos de muchas mujeres y algunos varones por erradicarla, aún persiste y crece de manera aterradora gracias a la omnipresencia de los medios masivos de comunicación y de las redes sociales.

 

Y es que el sistema patriarcal se ha encargado de que socialmente asimilemos como “normales” las actitudes machistas; sin importar la religión, el nivel económico, el nivel de estudios, el idioma, las ideologías políticas o filosóficas, el machismo se impregna en la vida de cada persona desde antes de nacer. Por ejemplo, en la mayoría de las familias se desea con ansias que el primogénito sea un varón, y si es niñas, pues, lo importante es que nazca sana, por mencionar un ejemplo. Este es un legado con el que debemos terminar.

 

Las actitudes machistas refuerzan de persona a persona, de institución a personas, de madres y padres a hijos e hijas, de maestros y maestras a alumnos y alumnas, así como de igual a igual. La idea de la inferioridad de las mujeres no sólo ante los varones, sino dentro de todas y cada una de las civilizaciones del planeta, y mientras no las eliminemos, la lucha feminista por la equidad se tornará cada vez más difícil.

 

El machismo es socialmente aceptado, muy pocas veces cuestionado y reproducido hasta con orgullo y tono de chiste, lo que además de indignante es inadmisible dentro una sociedad que ya reconoce que el machismo mata y lo define en una palabra: feminicidio, término ya aceptado lingüísticamente y que se refiere a un homicidio doloso, a un crimen por odio, al asesinato de mujeres por el hecho de serlo.

 

Si ya estamos en un estado de alerta por los feminicidios en nuestro país y en nuestro estado, lo que sigue es empezar a erradicar cualquier acción y/o actitud que reproduzca el odio hacia las mujeres, y es que es necesario decirlo: no solo los varones son misóginos, también muchas mujeres ejercen violencia machista hacia sus compañeras de género.

 

Navegando en la internet hallé un post que señala 15 actitudes machistas en las mujeres y que desde mi parecer deben ser desde este momento eliminadas por cada una de nosotras como parte del compromiso a favor de la equidad entre varones y mujeres. Si se identifican con solo una o la han reproducido alguna vez en sus vidas, es momento de reconocer que el sistema patriarcal nos está llevando “entre sus patas” y que no estamos exentas de pasar de victimarias y víctimas.

 

Antes de compartir dichas actitudes, comenzaré por reproducir una explicación muy clara de machismo que encontré en el blog “El oasis de isa”, hay por supuesto definiciones teóricas y especializadas, pero esta que a continuación expongo es muy coloquial y comprensible, seamos o no expertas en el tema.

 

“El machismo es un conjunto de creencias, costumbres y actitudes que sostienen que el hombre es superior a la mujer en inteligencia, fuerza y capacidad. Es decir, asignan a las mujeres características de inferioridad. Por lo tanto, quienes creen en el machismo o han sido educados en él, consideran que es el hombre quien tiene poder de decisión y elección, quien puede mandar y ordenar; conquistar y proponer en las relaciones afectivas y sexuales; quien debe recibir mayor retribución económica, entre otras creencias”.

 

Además, las personas machistas “consideran que hay oficios para hombres y otros para mujeres, así como actividades exclusivas para hombres, por eso es usual escuchar que el hombre no debe asumir tareas del hogar (barrer, cocinar, planchar…) y que las mujeres no deben realizar tareas que impliquen el uso de la fuerza”.

 

El machismo mata, no me cansaré de repetirlo. No se trata solamente de que una bola de “viejas exageradas, inconformes y mal cogidas” –que es como regularmente nos llaman a las feministas- quieran la equidad por simple acto de justicia, sino que estamos ante un panorama de feminicidios que no respeta nivel socioeconómico, etnia, preferencia sexual, y que, si no se perpetra, una corre el riesgo de terminar presa por matar al agresor, como sucedió con Yakiri, la joven defeña que estuvo tres meses en prisión por salvar su vida después de haber sido raptada, agredida físicamente y violada.

 

Son muchas más, son una plaga, podría enumerarlas sin descanso y no terminaría en un día entero, pero citaré las que dicho texto considera que son las 15 actitudes machistas que más reproducimos las mujeres:

1.- "No puedo vivir sin él", 2.- "¿Cómo esperar que la respeten vistiendo así?", 3.- La maternidad, crucial en la realización de una mujer, 4.- "Hay que darse a desear", 5.- "Para su ascenso, seguro se acostó con el jefe", 6.- "Si viste masculina, es lesbiana", 7.- Puta por vivir libremente su sexualidad, 8.- "Las mujeres no dicen malas palabras".

 

Una de las peores: 9.- "Le hace falta un hombre", 10.- "A los hombres hay que saber atenderles", 11.- "Va a casarse y no sabe ni cocinar un huevo", 12.- "Subestimar el éxito de otra mujer", 13.- "Una mujer sin depilar o sin maquillar es fea", 14.- "Es una robanovios", 15.- "Si quieres hacer de todo, no te quejes si batallas".

 

Por supuesto que el machismo es desgraciadamente infinito, pero coincido en que estas posturas machistas son las más comunes que emanan de nosotras porque vivimos dentro de un sistema de varones, patriarcal, desigual, sexista, misógino que no dice qué es ser mujer y cómo llegar a serlo, pero siempre estamos a tiempo para rechazarlo y asumir un compromiso feministas, sororario y a favor de nosotras.

 

Mujeres, por favor: dejen de generarlas y reproducirlas, todas estas y muchas más son frases impuestas por el patriarcado para dividirnos aún más, para que sigamos oprimidas, para que sigamos justificando los abusos y el machismo que vierten dolosamente sobre nosotras. Es inconcebible que las mujeres continuemos extendiendo el patriarcado.

 

Cualquier actitud que tenga como intención afectar negativamente a una mujer, señalarla como inferior, juzgarla por sus actos, menospreciarla por sus faltas, insinuar que no es merecedora de felicidad, coartar su libertad, hacerla sentir infeliz, simplemente, cualquier actitud que sirva para que la mujer quede como completa estúpida o en calidad de objeto es una actitud machista y hay que erradicarla.

 

El feminismo tiene esa tarea, el feminismo tan criticado por muchos y por muchas se ha dedicado desde hace más de dos siglos de manera incansable a evidenciar al sistema patriarcal y sus deplorables efectos nocivos en las mujeres.

 

El feminismo ha dejado logros importantes para las mujeres de estos tiempos gracias a sus acciones radicales y concretas, a la lucha diaria, a la insistencia de que el machismo debe eliminarse por completo, a las voces altas que no se cansan de repetir que, mientras no desaparezcamos las actitudes machistas en varones y mujeres, la palabra feminicidio seguirá tristemente vigente.

 

Revisemos nuestro vocabulario, nuestras acciones diarias, nuestras costumbres arraigadas, nuestra forma de pensar, nuestra actitud hacia los y las demás, ¿tenemos algo de machistas?, ¿estamos facilitando su reproducción?, ¿estamos siendo cómplices de los feminicidas en potencia?, porque si somos parte de esto, si estamos contribuyendo incluso inconscientemente al machismo, podemos considerarnos cómplice de feminicidio, de cada uno de los siete asesinatos de mujeres que se registran a diario en nuestro país.

El machismo mata; dejemos de producir las actitudes que lo mantienen empoderado

Cinthya Vasconcelos Moctezuma

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