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16/2/2016

 

Laudato sie, mi' Signore cum tucte le Tue creature,
spetialmente messor lo frate Sole,
lo qual è iorno, et allumeni noi per lui.

Laudato si', mi Signore, per sora Luna e le stelle:
in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.

Laudato si', mi' Signore, per frate Vento…
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento.

 

Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

 

El fervor que crece debido a la visita del papa me obliga a dedicarle solo unas líneas.

 

La palabra papa hace referencia al lugar de coordinación que Pedro, el apóstol, tomara en el primer grupo de amigos y compañeros de lucha de Jesús. De ahí viene el término Pedro Apóstol, Primero de los Apóstoles, por sus iniciales: PAPA.

 

Francisco ha tomado como nombre de batalla, y con el nombre retoma la actividad y lucha de San Francisco de Asís. Aclara: “Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma. Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad”.

 

Francisco pertenece a la comunidad religiosa de la Compañía de Jesús, también llamados jesuitas. Esa misma compañía que fue expulsada de Ixhuatán en 1985. El día de la elección como papa, cuando en Ixhuatán se supo que era un latinoamericano, varias personas comentaron que era una buena señal, y se empezó a comentar los beneficios que eso podría traer.

 

El sector ixhuateco que participó en la expulsión del 85 comentó que a ellos no les iría tan bien porque el recién elegido era de esos expulsados, incluso se dijo que ta Rodrigo regresaría a celebrar los domingos (como lo hizo en la época del conflicto religioso ixhuateco).

 

En el momento de su elección, en lo personal, no pensé que representara algún cambio: lo leí de manera decepcionante, era un cardenal que no figuraba como jesuita, es decir, no se veía una práctica favorable a la teología de la liberación, tenía un antecedente que nos parecía incluso contrario a esta teología.

 

Las primeras acciones de Francisco me parecieron más una estrategia para imponer un nuevo rostro en la iglesia para no perder adherentes y mantener el poder eclesiástico, como lo intentó Benedicto XVI (empresa en la que fracasó).

 

En febrero de 2015 fuimos invitados a decir unas palabras respecto a las concesiones de minería en la asamblea parroquial de Tapanatepec. Esto, después de haberle planteado a los sacerdotes de esa parroquia la visión de cuidado del medio ambiente fundamentado en la génesis bíblica. Los jóvenes de la preparatoria José Martí se portaron a la altura y expusieron sus investigaciones.

 

En mayo, me sorprende la encíclica “Laudato si´”, del papa Francisco, y eso me hace pensarlo y leerlo diferente. Me parece que retoma el discurso que Leonardo Boff expone después de haber sido silenciado por el cardenal Ratziger. En “La voz del arcoíris”, Boff plantea la teología del cuidado de la casa común, como subtitula Francisco su encíclica.

 

“El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y «tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado». Por lo tanto, la capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la base de la donación originaria de las cosas por parte de Dios”.

 

La encíclica plantea la situación que atraviesan el medio ambiente y el cambio climático; reconoce la situación del agua, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social, no sin hacer mención de la inequidad planetaria.

 

En el segundo capítulo plantea una teología de la creación. Plantea desde los textos bíblicos por qué es necesario tomar partido por la defensa de la casa común, como él la llama.

 

El tercer capítulo hace mención de la intervención humana en la degradación ecológica al centrar la vida en el desarrollo y no en la vida misma.

 

El capítulo cuarto lo usa para platear una ecología integral, es decir, la casa común no solo son plantas o animales: en la ecología intervienen el ambiente, la economía y la vida social, cultural, el bien común y el tema de la justicia.

 

El capítulo quinto está dedicado a las orientaciones para llevar a la acción, donde propone el diálogo como medio para acordar el futuro del planeta. Llama a una política internacional ecológica y hace un llamado a tomar en cuenta a los más pobres en la toma de decisiones.

 

En el capítulo seis concluye proponiendo una educación y espiritualidad ecológicas, y llama a tener un cambio en nuestras formas de relacionarnos con el medio amiente y el respeto a los pueblos indígenas.

 

De cierta manera, la visita que actualmente realiza Francisco es llevar este mensaje a los distintos países. Para ello ha estado en Ecatepec poniendo énfasis en la pobreza y ha hecho un llamado a los jóvenes para tomar parte activa en la justicia y el cuidado de la tierra.

 

Los mensajes que está dirigiendo, aunque son innovadores frente a los discursos de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, no llegan a la altura y exigencia de Juan XXIII. El tono de su discurso es muy diplomático y no se atreve (quizá le costaría la vida como a Juan Pablo I) a decir las cosas directamente.

 

Hace una visita a la tumba de Samuel Ruiz y reconoce las lenguas indígenas como lenguas a utilizar en la misa, pero no se reúne con las comunidades zapatistas o los padres de Ayotzinapa o los familiares de reporteros asesinados y una gran gama de gente que ha perdido la vida o se encuentran presos por defender precisamente lo que su discurso señala.

 

¿Es posible entender que la entrada de las mineras en Chimalapas o las eólicas en Ixhuatán o San Francisco del Mar destruyen la ecología y los alimentos y agrandan la injusticia que cometen los ricos al empobrecer a los pueblos originarios?

 

Tenemos un discurso ecológico que puede animar nuestra lucha, pero hace falta un pueblo dispuesto a retomar su origen y su autonomía. Es necesario seguir haciendo fiesta que nos reúne y familiariza; es preciso volver a nuestro origen cultural y defender nuestro sistema de vida.

El papa

Manuel Antonio Ruiz

Tomada de contenido.com.mx

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