Mientras la tarde iba envejeciendo, la charla con Matus Velázquez se tornó cada vez más interesante. A sus 62 años, ya no le gustaría volver a ser presidente municipal, pero, si regresara el tiempo y tuviera que volver a decidir, competiría de nuevo en las elecciones en las que ganó para la alcaldía. No le gustaría serlo nuevamente porque la experiencia es difícil, pesada, con mucha exigencia para con la gente del pueblo.
De su administración a la administración actual, ¿cree usted que ha mejorado Ixhuatán? ¿Cree que falta algo por hacer para Ixhuatán?
Falta mucho por hacer. Por ejemplo, algo que hice y que fallé, lo reconozco, fue la pavimentación de calles, como esta (calle Juárez) que pasa aquí. Lo hicimos con asfalto, cuando lo debimos hacer con concreto. Porque el asfalto se echa a perder con la lluvia. Salió barato, eso sí, pero fue una mala decisión porque, si lo vemos ahorita, esas calles están llenas de baches. Lo debimos haber pavimentado con cemento. Ojalá la nueva administración se preocupe y atienda en mejorar las calles. Eso hace falta ahora.
¿Es difícil ser presidente municipal?
Es muy difícil. Hay veces que sientes que ya no das una. Un presidente municipal no tiene un minuto de tranquilidad. Hubo ocasiones en que yo estaba aquí en mi casa, venían las personas a verme o sonaba mi teléfono a las 2:00 o 3:00 de la madrugada, y escuchaba: “Señor presidente, mi mujer va a dar a luz y quiere que la levantemos. ¿Será que nos puede proporcionar la ambulancia?”. Y, pues, había que apoyarlos. Se les preguntaba quién era, en dónde vivía, y se les proporcionaba el apoyo; incluso se pagaba al chofer, la gasolina, todo el costo corría a cargo de la presidencia. La gente no preguntaba si había, solo lo pedían, y ya después uno tenía que ajustar el gasto entre las necesidades de la misma presidencia. Ahora me han contado que, cuando la gente necesita la ambulancia, la gente del municipio dice que sí, eso sí, no lo niegan, pero le dicen al que lo necesita: “Ahí está la ambulancia, paga la gasolina y págale al chofer”. Nosotros no hicimos eso.
Es difícil ser presidente porque tienes que atender diario a la gente. Todos los días llegaban a buscarme, y no hablaban con el secretario municipal, con el regidor o con el síndico. Llegaba y se sentaban a esperar: “Quiero hablar con el presidente”, y ahí estaban esperando a que yo los atendiera. A veces tenía que trabajar en los proyectos para las gestiones, no se podía hacer allí, llegaban y me pedía de todo, desde apoyo para zapatos o cosas para la casa hasta apoyo para viajes o para medicinas; tratamos de apoyarlos a todos. Pero ser presidente sí es un poco difícil. No sé cómo lo vean actualmente los que están.
¿Qué fue lo más difícil?
No es que haya sido lo más difícil, pero sí creo que a veces era un poco complicado atender a todos a la hora en que ellos querían. Llegaban al palacio y a esa hora querían la atención. Yo siempre estuve en el palacio, a diferencia de los presidentes que me sucedieron; incluso mis ayudantes me decían: “Señor presidente, ¿por qué no se va a su casa un rato?”. Pero ¿para qué? Si llegaba a mi casa, y también acá llegaban. Yo les decía: “Aquí no. Vayan a la presidencia. Allá los voy a atender. Vayan, ya me voy para allá. Allá espérenme”. Creo que eso fue un poco difícil: tener tiempo suficiente para atender a toda la gente que llegaba a buscarme.
Hablemos un poco de la actualidad. En los últimos años se han observado en Ixhuatán algunos proyectos sociales, por ejemplo, las radios comunitarias, el campo tortuguero en Aguachil, el proyecto ecoturístico en El Morro. ¿Qué piensa usted de estos proyectos?
Estos proyectos son positivos para el municipio. En mi periodo se hizo un proyecto de este tipo, un iguanario, lo hizo un chavo de aquí que estudiaba en la Universidad de Tlaxcala, de la familia Orozco; él, a partir de un servicio social de su escuela, llegó hasta acá, y con él fuimos a ver a la gente de El Morro. Nos dijeron que sí. El municipio les brindó todas las facilidades para realizar las actividades programadas. Estos proyectos atraen buenos beneficios al pueblo, a la comunidad. Después de que este muchacho terminó su servicio social, ha venido gente de la Universidad de Tlaxcala y de otras universidades a visitar y a realizar investigaciones sobre las especies de iguanas que allí se están reproduciendo.
También se ha venido hablando de una propuesta de universidad en Ixhuatán o de una extensión de la Benito Juárez para que se instale aquí en el pueblo y haya una oferta educativa del nivel superior. ¿Esto es posible?
Claro que sí es posible, tan es posible que creo que es necesario para Ixhuatán. La oferta educativa de los niveles preescolar a la preparatoria creo que satisface a la demanda, pero la universidad sí es un poco complicada para que nuestros paisanos salgan a otros lugares para continuar sus estudios.
Cuando vino Fox, se lo propuse también, pero, como allí estaban los presidentes municipales de este grupo de la zona oriente de la cual formamos parte, entonces nos reunimos varias veces para analizar la zona o el lugar estratégico para poner esta escuela que Fox nos autorizó. La propuesta principal era Zanatepec, era la coincidencia de la mayoría. Claro que yo quería que fuera acá, pero Zanatepec es como el centro estratégico de la relación entre todos los municipios, es decir, los otros municipios coincidimos como punto de referencia por la ubicación a este municipio.
Después del análisis, fuimos todos a dejarle el proyecto al gobernador Ulises. Nosotros solicitamos una extensión de la UABJO en el área Tecnológica Agropecuaria, pero Ulises decidió ponerlo en La Ventosa. Nosotros preguntamos por qué, si allí cerca están Juchitán, Ixtepec, Tehuantepec, incluso Salina Cruz, pero, como los municipios de la región en ese momento éramos de oposición, y el de allá era priista, pues decidió que iba ser allí, y así lo hizo.
El ingeniero Roque López-Lena ha estado interesado en crear una universidad. Aunque es particular, sí traería buenos beneficios a nuestro pueblo. Él estuvo haciendo estudios para ello, pero no sé por qué ya no se llevó a cabo.
Otro tema que preocupa un poco a los ixhuatecos actualmente tiene que ver con el río Ostuta, sobre todo en su conservación y preservación en beneficio de las generaciones futuras. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Después del huracán “Stan”, vimos cómo se inundaba la gente de las zonas bajas. Nos juntamos con el presidente de Pueblo Nuevo, llegamos a la misma conclusión de que el río necesitaba que se desazolvara para evitar o aminorar las futuras inundaciones. Estaba muy azolvado. Hicimos la solicitud, nos apoyó la Conagua en el levantamiento de datos, vinieron los ingenieros expertos. Junto con César metimos el proyecto. Nos dijeron que era muy costoso, que se le diera seguimiento, pero creo que los presidentes después de mí también se olvidaron de ese asunto.
¿Eso es un problema de qué tipo -el hecho de que no se hagan proyectos a largo plazo y que trascienda más allá de un presidente municipal-?
No sé. Yo traté de averiguar pendientes del anterior presidente municipal, pero no había información. En cambio, cuando yo terminé, dejé información, platiqué con la gente, sobre todo con los regidores, pero no sé por qué no se le da seguimiento.
Un poco ya para cerrar esta charla amena, por la cual le agradezco su disponibilidad, ¿cómo ve a Ixhuatán en un futuro, por ejemplo al 2030?
Actualmente estoy viendo a Ixhuatán con un buen auge económico, principalmente en lo comercial, por eso creo que, dentro de unos 30 años o antes, vamos a estar como está actualmente Juchitán: nos vamos a convertir en el centro comercial de la esta zona, la oriente del estado. Ya ahorita viene gente de Zanatepec, Niltepec, Tapana y Pueblo Nuevo a hacer negocios acá al pueblo; vienen con su comercio, a comprar y a vender; esta gente que nos visita ya no tienen que ir hasta Juchitán o a Arriaga, aquí encuentran ya de todo. Además, Ixhuatán es muy productivo en lo agrícola, en la ganadería en la pesca; tenemos buena economía, tenemos vida propia como municipio.
Una última pregunta: ¿cómo ve a la actual administración?
José Luis es mi primo, pero he notado que está faltando a sus actividades como presidente municipal. No ha tenido la atención que necesita el pueblo. He visto que casi no llega (al palacio municipal), y se lo he dicho a algunos regidores.
¿Algo que quiera agregar, que quería decir y no lo dijo porque no se lo pregunté?
Me gustaría que hubiera más alumbrado en las calles, están muy oscuras. Aquí, por ejemplo, hace falta un poste, eso genera un poco de inseguridad entre la población.
Otra cosa, Wicho está impulsando mucho el deporte, pero creo que ha descuidado algunas áreas, pero apenas lleva un año, ojalá las retome y se fije en estas otras áreas en el tiempo que le queda de su gestión.
Y de la sociedad, ojalá los maestros de las escuelas enseñen civismo a los niños y jóvenes ixhuatecos. Entiendo que la sociedad va cambiando, pero la educación debe prevalecer, por ejemplo, voy caminando por la calle, y los niños o jóvenes ya no saludan, nos llevan de encuentro a la gente grande y como si nada, esto es porque los maestros ya no les enseñan civismo, que es ahí donde se aprende a respetar a la gente.
Nos despedimos de Roque Matus Velázquez. Ya entrada la noche, ambos, según me dijo finalmente, disfrutamos de esta larga charla. Ojalá, estimado lector, también haya sido de su agrado.
Entrevista a Roque Antonio Matus Velásquez, presidente municipal de Ixhuatán en el trienio 2005-2007 (tercera parte)
A. Antonio Vásquez
Tomada de www.pan.org.mx