top of page

“Que si México es jarabe tapatío o un capricho con el arpa de la bamba veracruzana,

que si es polka de Chihuahua o caminante del Mayab,

si es la Puebla de los Ángeles, la Huasteca o Zacatlán,

si es huapango o una jarana,

si es arpegio de marimba chiapaneca o es Tabasco la chontalpa con su selva y su jaguar,

lo es también de la Sandunga, del huipil y del olán”.

 

 

Originario de Asunción Ixtaltepec, por las venas de Víctor Miguel Cruz Ortiz corre sangre zapoteca que se funde con un mestizaje cultural producto de batallas y de violencia epistémico-social vividas en todos los pueblos de ascendencia prehispánica. Es profesor en la Universidad Pedagógica Nacional-Ixtepec y candidato a doctor en Educación por la UPN-Ajusco. Con una historia de vida impresionante atravesada por la docencia, el activismo político y la reivindicación de la memoria de los pueblos dominados, coincidir con él en la Ciudad de México como producto de una relación accidental ha sido uno de los eventos fortuitos más redituables para mí en los últimos años en lo referente a enriquecimiento cultural. No podía permitirme dejar pasar la oportunidad de extraer de él al menos una pequeña parte de sus conocimientos y la de los pueblos binnizá del Istmo de Tehuantepec. Les comparto la entrevista:

 

Han pasado más de 500 años y los pueblos originarios se resisten a desaparecer, ¿cuántos más podrán

resistir?

 

Yo creo que, en el caso de la lengua zapoteca, aquí pudiéramos ir retomando algunas expresiones de un poeta juchiteco que dice que el zapoteco va a morir el día que muera el sol, lo dijo Gabriel López Chiñas en uno de sus poemas; por eso es que la lengua zapoteca va a resistir, lo que está pasando con la lengua es que se está reinventando, es decir, se van apropiando nuevos elementos, neologismos, nuevas palabras y les dan una connotación muy especial desde esta cosmovisión zapoteca. Así como lo percibo, la lengua sí se está perdiendo en algunas comunidades, precisamente donde no se tiene el amor a la cultura, donde no se tiene esa necesidad de preservar lo nuestro, lo propio, como en el caso de algunos pueblos de la región del Istmo; sin embargo, no podemos enterrar completamente la lengua, la lengua sigue viva; se ha arrinconado la lengua a partir de que la gente ha preferido hablar más el español.

 

Se cambiaron los huaraches por los zapatos, el baúl por el ropero, el lavadero por la lavadora. ¿Qué está sucediendo en los pueblos zapotecos del Istmo?

 

Lo que está sucediendo es que la escuela ha jugado un papel muy importante para incorporar estas etnias, esta cultura zapoteca, a una cultura nacional, a una cultura donde prevalezca lo “civilizado” porque la cultura occidental, la cultura hegemónica, la cultura del poder lo que quiere es tener una nación con una sola lengua, con una sola cultura. Esto ha sido trabajo de la escuela a través de los maestros de tratar de incorporar a estos grupos indígenas (hablo de estos grupos porque en nuestra región existen, por lo menos, 5 etnias presentes y que sobreviven a pesar de la influencia de la cultura occidental); sin embargo, la gente aún no ha perdido su cultura, ciertamente se han cambiado elementos culturales con el baúl, tenis, huaraches y todo eso, pero aún pervive la cultura zapoteca.

 

¿Cuál es la situación de la lengua zapoteca actualmente en el Istmo?

 

En el Istmo, así como se percibe, cada día va disminuyendo el número de hablantes; por ejemplo, existen muy pocos pueblos que aún conservan esa lengua en su totalidad, como el caso de Xadani, como el caso de Monte Grande, como el caso de Juchitán porque han sido pueblos que han tenido toda una historia de invasión francesa, una historia de resistencia, por eso también se resisten a perder su cultura y su lengua. Los pueblos que no han experimentado estos conflictos, pues, lógicamente siguen valorando la lengua española y desvalorando lo propio. Esto se explica, nuevamente, a partir de que la escuela ha jugado ese papel, la escuela ha vendido una idea a la gente de que, si uno habla su lengua materna, implica fracaso, atraso, ser una persona no civilizada, la escuela ha vendido esa idea y sigue vendiéndola actualmente; se ve la escuela como un espacio donde se adquiere un prestigio social, donde el que va a la escuela es la persona que tiene la posibilidad de ocupar un cargo en el gobierno, y mucha gente cree en esto, valorando lo ajeno y despreciando lo propio.

 

Cuéntenos, ¿cuál es el origen de los zapotecos del Istmo?

 

De acuerdo a los datos históricos que he revisado, el origen de los zapotecos del Istmo proviene precisamente de los binnigula´sa´. Esto ha habido aurores que lo han tratado, como David López Chiña, Andrés Henestrosa, y, además, se tiene el mito de que los zapotecos son personas que vinieron de las nubes, por eso se les ha denominado binnigula´sa; sin embargo, hoy en día, a partir de la reunión de los Barbados, en 1975, muchos pueblos plantearon la necesidad, para que no se les llamara indios, buscaron un etnónimo, como el caso de los zapotecos del Istmo se les conoce como binnizá; el caso de los huaves, como ikoots; el caso de los mixes, como ayuukj. Aquí vemos que ellos se han apropiado de un etnónimo para caracterizarlos. Se cree, entonces, que, cuando los zapotecos llegan al Istmo de Tehuantepec, se da a partir de un colapso, como lo advierte un antropólogo, Roberto Zárate, en donde plantea que lo que se dio fue un colapso en Monte Albán, la gente se fue a Zachila Yoo, aquí se establecieron y después vieron el avance que estaba teniendo la cultura náhuatl, que estaban abarcando mucho territorio y venían a destruir la cultura zapoteca. Se enfrentaron a los nahuas, que eran encabezados por el rey Ahuítzol, y, entonces, el zapoteco Cocijoeza hizo una alianza con el rey mixteco, fue así como derrotaron a los nahuas.

 

Sin embargo, se tienen varias teorías en torno a la llegada de los zapotecos al Istmo, personalmente yo tengo la hipótesis de que, ciertamente, estuvieron en Monte Albán, pero en ese colapso fueron algunos grupos lo que siguieron con Cocijoeza y otros tomaron otros caminos y principalmente se dirigieron a un camino ya señalado, ya atravesadopor los olmecas, que se dio a partir de tomar el camino de la Sierra Madre del Sur que va rumbo a Chihuitán, Tlacotepec, Ixtaltepec para ir fundando los demás pueblos de la región del Istmo. Podemos hablar, entonces, de que existen dos grupos zapotecos que se asentaron en la región del Istmo: los que siguieron a Cocijoeza y los que, por su propia cuenta, tomaron otro camino diferente.

 

¿Qué representa Guiengola para la cultura zapoteca?

 

Históricamente, Guiengola muchos creen que fue un espacio que fue fundado por los zapotecas, pero yo tengo también la versión de que Guiengola ya de por sí ya estaba y ahí era el lugar donde los nahuas, donde los aztecas guardaban todos los tributos que recibían de los grupos étnicos que ya estaban establecidos en el centro de la región del Istmo, como el caso de los huaves, como el caso de los mixes, como el caso de los zoques, como el caso de los chontales.

 

¿Podría platicarnos un poco acerca de la Sociedad Nueva de Estudiantes Juchitecos?

 

Esa asociación se dio a partir de 1935, en donde un grupo de estudiantes decididos a abandonar sus pueblos y buscar nuevos destinos, nuevos senderos, fueron a la Ciudad de México a estudiar, como el caso de Gabriel López Chiña, como el caso de Nazario Chacón, como el caso de Andrés Henestrosa. Ellos, yo creo que lo que pasó es que, envueltos en la nostalgia de la región del Istmo, empezaron a buscar la manera de escribir su lengua. Entonces, ellos fundaron la primera Academia de la Lengua Zapoteca, en donde había una preocupación de cuál sería la fonética para poder armar el alfabeto zapoteco. Yo puedo hablar acá de que es una segunda generación en donde se plantea la necesidad de conformar este grupo. Este grupo de estudiantes juchitecos, así se les denominaba, efectivamente, llegaron a la Ciudad de México apoyados por un tal Enrique Leken, que formaba parte no sé si del gabinete, pero era funcionario de un alto ejecutivo. Entonces él los apoyó económicamente y, además, fueron también apoyados por José Vasconcelos, en donde ellos conformaron una sociedad que se alió precisamente al Partido Revolucionario Institucional.

 

Particularmente, ¿qué opinión tiene en lo referente a la figura de Andrés Henestrosa?

 

Pues yo considero que Andrés Henestrosa es un buen literato, pero en lo que sí no coincido es que, en una de sus afirmaciones, él decía que las lenguas indígenas no se pueden escribir, ahí sí no coincido cuando hoy en día podemos ver que, desde 1956, nuestra lengua zapoteca de la región del Istmo, no así la de los Valles Centrales o de la Sierra Norte o de la Sierra Sur, nosotros sí contamos y podemos sentirnos orgullosos de tener un alfabeto aprobado en 1956, que es el alfabeto que usan los artistas, los poetas, los escritores hoy en día para poder escribir sus obras.

 

¿Cuál fue la relación entre Andrés Henestrosa y el PRI?

 

Como podemos ver, Andrés Henestrosa fue senador de la república, por mucho tiempo afiliado al PRI, solo que, después, por un problema que se tuvo al interior del Partido Revolucionario Institucional, tal como lo comentan algunos personajes, a raíz de este problema interno, la gente que estaba bajo la sombra de José Vasconcelos tuvieron que salirse del país, y, en el caso de Andrés Henestrosa, fue becado para armar, precisamente, un diccionario en zapoteco, fue becado por una institución anglosajona que lo apoyó. Yo supongo que eso fue un gran pretexto para que no fuera evidente ese problema que se tenía al interior del PRI.

 

Cambiemos un poco de tema: ¿por qué eligió la docencia como forma de vida?

 

En la región del Istmo, en la década de los 80, podemos decir que había pocas opciones para poder estudiar una carrera diferente al magisterio. Apenas se estaba incorporando lo que se conoció como Cbtas, y estos preparaban a técnicos en la agricultura, en la veterinaria, pero yo elegí la docencia porque me gustaba mucho; yo creo que el ser maestros, y si estamos educando a ciudadanos, de nosotros depende formar ciudadanos críticos, ciudadanos creativos, ciudadanos que realmente puedan darse cuenta de lo que está pasando en su entorno, por eso elegí la docencia. Yo creo que mi trabajo como maestro se ha enfocado a formar verdaderamente ciudadanos capaces de entender, de comprender y explicar lo que pasa en su entorno  He compartido mucho los trabajos de Paulo Freire, que busca formar ese tipo de ciudadanos. A pesar de que soy maestro y me he adaptado a las reglas que me han impuesto las autoridades educativas, considero que la escuela no es el único espacio para que uno aprenda, yo creo que fuera de la escuela podemos aprender muchas cosas, como se hacía en el pasado con nuestros abuelos, que no fueron a la escuela pero fueron capaces de vivir, de encontrar esa felicidad, de encontrar ese humanismo entre ellos.

 

“Aunque sea de maestro”, dicen muchos en el Istmo.

 

Efectivamente, era la expresión de aquel entonces precisamente porque consideraban que era un trabajo fácil ser maestro; sin embargo, yo creo que el trabajo del maestro tiene que ser un trabajo profesional, en donde verdaderamente se refleje la vocación de aquella persona que quiere enseñar, que quiere incorporarse a la docencia. Esa es una expresión muy común porque era un trabajo seguro, en donde había ciertos estereotipos, ciertas ideas de que era un trabajo fácil porque, en el pasado, a la gente que solamente tenía el cuarto año de primaria se le habilitaba para ser maestro, esto podemos verlo en la década de los 40, donde buscaban a los maestros, querían que hubieran maestros, entonces no había escuelas formadoras de docentes y, además, la única escuela que existía en el Istmo como escuela normal era la de Comitancillo, pero también la gente se resistía porque también la escuela nunca fue atractiva desde la visión de la cultura zapoteca y por eso dicen esa expresión “Aunque sea de maestro” porque cualquiera era incorporado para maestro.

 

Sin embargo, estos maestros jugaron un papel muy importante para incorporar, en este caso, a los indígenas zapotecas a la cultura nacional. Ellos empezaron con la castellanización a difundir la idea de que la escuela era el único espacio. Yo recuerdo, de acuerdo a los datos que yo he recabado, que, antes, la autoridad municipal iba directamente de casa en casa o castigaban a los padres de familia que se resistían en mandar a sus hijos a la escuela, cosa muy contradictoria: hoy en día todo mundo va a la escuela, nadie va al campo, nadie quiere ser campesino, nadie quiere ser obrero y, sin embargo, terminan una carrera profesional y no encuentran trabajo, qué contradictorio.

 

¿La educación es una forma de dominación?

 

Efectivamente. Por ejemplo, los programas de estudio, los contenidos curriculares, todo eso son contenidos que no se contextualizan, es decir, que no responden a las necesidades que hoy en día presentan las sociedades En términos marxistas, podemos decir que es una forma de ideologizar, de hacer que la gente tenga otra idea diferente a su cultura. La educación es un elemento donde se transmite la ideología de la clase hegemónica, de la clase en el poder. Podemos ver: si hacemos la comparación de los contenidos, que son “contenidos científicos”, chocan fuertemente con los contenidos comunitarios, entonces crean un conocimiento estandarizado, un conocimiento dominante, donde te dicen: “Esto es lo que tienes que aprender. Esto es lo que tienes que defender”, y, a partir de eso, se convierte en una situación dominante porque, en el momento en que una cultura te impone sus formas de ser, se convierte en un acto de enajenación, de dominación.

 

¿Qué piensa de las formas de acción de los movimientos magisteriales en Oaxaca, de la Sección XXII y, en general, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación?

 

En el caso del movimiento magisterial tuvo su explicación, tuvo su origen. Aquí la intención era acabar con el charrismo sindical que prevaleció durante muchos años con Jonguitud Barrios. Era el único, fue el secretario general vitalicio del SNTE. En el caso de Oaxaca, concretamente, igual, había un sindicato charro, un sindicato en donde prevalecía el compadrazgo, el cacicazgo y el poder se concentraba en esta élite, en esta cúpula de dirigentes, fue así que surgió el movimiento de la Sección XXII en 1980, donde ya un grupo de maestros buscaron la manera de organizar a todo el magisterio oaxaqueño para poder enfrentar esos actos de charrismo, esos actos de cacicazgo, esos actos de corrupción que estaban prevaleciendo en Oaxaca.

 

La Sección XXII yo creo que ha sido una sección que ha buscado beneficiar a la masa trabajadora de la educación. Ha habido muchos beneficios para el magisterio: los 90 días de aguinaldo, los periodos vacacionales, los bonos que se han conseguido, y que de alguna forma han mejorado la condición de los trabajadores de la educación de Oaxaca.

 

También hay que reconocer que la Sección XXII no solamente se ha preocupado por beneficiar a sus agremiados, también se ha preocupado por que se tengan buenas escuelas, las mejores condiciones para que los alumnos reciban su enseñanza; desgraciadamente, el gobierno, cuando uno va a plantear estos asuntos ante las autoridades educativas, siempre hay una negativa, ante esta negativa, pues, la Sección XXII ha ocupado un método que es negociación, movilización, negociación, es el método que ha utilizado la Sección XXII, por eso podemos ver, cuando el gobierno no cede ante sus demandas, inmediatamente acuden a la movilización vía plantón, vía marcha, vía toma de carreteras, de oficinas gubernamentales, de comercios transnacionales como medida de presión para poder sensibilizar al gobierno ante las demandas que plantea, y lo que se ha demostrado es que solamente de esta manera el gobierno ha respondido, por eso yo creo que la Sección XXII aún sigue con estas estrategias de lucha, porque les han dado buenos resultados y buenas soluciones.

 

¿Cómo ve la apertura a procesos modernizadores en la región del Istmo, como el corredor eólico, la posible entrada de mineras y de salineras?

 

El problema aquí son los efectos, son las consecuencias. En el caso del proyecto eólico ¿qué hicieron? Engañaron a los campesinos de La Ventosa, de La Venta y de los pueblos en donde se están estableciendo estos ventiladores, como se les conoce allá en la región del Istmo. Hay muchas consecuencias, como la contaminación. En primer lugar, no pagaron bien las tierras; en segundo lugar, existe contaminación del agua, por ejemplo, cuando ellos tienen que dar mantenimiento a los ventiladores, ellos descargan ahí toneladas de litros de aceite, y eso contamina el suelo. Además, sobre los pájaros migrantes, con las aspas de estos ventiladores estos ahí se quedan, entre las aspas; podemos ver que, en la región, existen trabajadores que se dedican a recoger a los pájaros en las tardes. Ahí están las consecuencias del parque eólico.

 

La cuestiones mineras igual, son explotaciones de tierra que pertenece a la comuna, a los ejidatarios. Se explotan estos recursos y no dejan ningún beneficio para la comunidad.

 

Por otro lado, viendo la otra cara de la moneda, implica un desarrollo, sí, pero ¿para quién? Es un desarrollo para que se quede en pocas manos. Lo importante sería que estos proyectos pudieran mejorar las comunidades donde se establecen estas empresas porque sí se generan muchísimas ganancias.

 

¿Qué alternativas tenemos los istmeños ante todos estos embates de la globalización que afectan la economía, la sociedad y, sobre todo, la cultura? ¿Qué podemos hacer nosotros como sociedad, como pueblo?

 

Lo que podemos hacer es unificarnos, en primer lugar; sensibilizar a todas las comunidades del Istmo para que exijan sus derechos para que puedan ser beneficiados de estas ganancias que generan estas industrias o estas empresas. Solamente a partir de la unificación de los pueblos del Istmo es la única alternativa que yo veo, de manera personal, para consolidar un proyecto que nos beneficie, de lo contrario, así como nos encontramos en la región con la penetración de estas empresas, que entran apoyadas principalmente por las autoridades municipales, por los políticos, que son los que finalmente reciben parte de estas ganancias, las comunidades del Istmo no están siendo beneficiadas. Por eso, la única alternativa que veo es que los pueblos se organice, que vendan bien sus tierras y que les exijan a las empresas el beneficio que les corresponde porque las tierras en la región del Istmo fueron tierras comunales y después se hizo que ya no fueran comunales, que fueran ejidales; después les dijeron a los campesinos: “Vas a poder vender tu tierra”, y generaron un programa que se llama Procede, Programa de Cesión de Derechos, en donde el campesino tenía el derecho de vender sus tierras para convertirlas en propiedad privada.

 

¿Podría mencionarnos el nombre de 3 istmeños ilustres, destacados?

 

Hay una figura importante que se enfrentó con la intención que tenían los españoles de apropiarse de las salinas, que generó todo un movimiento, y es Che Melendre. Fue un gran personaje que organizó a la gente para que no se expropiaran las salinas cuando llegaron los españoles a nuestra región del Istmo.

 

Como segundo yo considero, aunque no fue a la escuela, pero que fue un personaje importante, chusco, pero que se preocupó por que su pueblo tuviera educación, fue el general Charis Castro.

 

Otro personaje importante fue Tona Tati, que se enfrentó a la invasión francesa. Históricamente se sabe que los franceses fueron derrotados en Juchitán, de ahí viene que el teco es valiente, y, el caso de Tehuantepec, que les permitieron la entrada y les dieron un buen recibimiento a los franceses, les dicen tehuanos traidores.

 

¿De dónde proviene el traje regional istmeño?

 

Si hacemos historia, podemos ver que las primeras zapotecas, en la época prehispánica, no se vestían de enagua y huipil, se vestían de enredo, de mantas o textiles que ellas mismas fabricaban de lo que obtenían de los animales o del algodón. Sin embargo, después, transcurrido el tiempo, en la época del Porfiriato, se planteó ahí la cuestión de la modernización, por lo que empezaron nuevamente a ver la forma de cómo incorporar a los indígenas a la cultura nacional. Trazaron las vías férreas y, con su entrada en la región, empezó a llegar gente de afuera: españoles, ingleses, franceses, sirio-libaneses, aunado también con las vías marítimas; empezaron a traer máquinas Singer, encajes, telas, etcétera. Entonces, todos estos elementos que se fueron incorporando las zapotecas tuvieron mucha creatividad en el sentido de que empezaron a trabajar esta tela para fabricar un tipo de vestuario, que es el traje regional, pero se cree que el traje regional igual que las velas istmeñas tienen sus raíces en Europa, en España.

 

Ya para terminar, ¿ha estado en Ixhuatán?

 

Sí, sí he estado en Ixhuatán. Conozco el pueblo porque tengo compañeros, amigos, amigas que en algún momento de la vida me han invitado a visitar su pueblo.

 

¿Cómo describiría brevemente este pueblo?

 

Un pueblo que tiene historia, que tiene tradición, que tiene costumbres, y, además, si analizamos desde el origen, desde la fundación de Ixhuatán, a mí me llama mucho la atención que Ixhuatán tiene un nombre en zapoteco, Guidxi Yaza, cosa que muchos pueblos del Istmo no tienen, por ejemplo, en el caso del nombre de Juchitán es náhuatl, el caso de Ixtaltepec es también nombre náhuatl, que significa cerro blanco, en el caso de Espinal es una expresión del español, pueblo de espinas. El caso de que tenga ese nombre en zapoteco significa que tienen raíces.

 

Yo también tuve contacto con un gran maestro de Ixhuatán, que es el profesor Enedino Jiménez Jiménez, es un buen maestro en la literatura aunque nunca estudió literatura, el maestro estudió ciencias sociales o matemáticas, creo; sin embargo, escribió muchos poemas que tienen buena semántica dentro de lo que es la literatuta zapoteca.

 

Por último, ¿ha tenido la oportunidad de estar en las festividades de la Virgen de la Candelaria en Ixhuatán?

 

Sí he tenido la oportunidad de estar, y lo que he observado ahí es que todos los rituales o toda la cosmovisión zapoteca está presente, desde la mayordomía, desde cómo organizar la fiesta a pesar de que Ixhuatán se encuentra a un lado de la zona huave; sin embargo, no adoptan las costumbres hauves, son costumbres cien por ciento zapotecas.

Entrevista a Víctor Cruz,

zapoteco ixtaltepecano

Michael Molina

bottom of page