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Pero a veces no basta
la cierta dosis de ternura
y es necesario agregar
una cierta dosis de plomo.

Subcomandante Marcos

 

Cuentan los abuelos de nuestros abuelos que los binnigulaza, que es, los abuelos de más antes, los abuelos de nuestros abuelos más viejos, un día de esos que buscaban consejo, con el caracol hablaron y en su diálogo, palabras más, palabras menos, dijeron:

 

  • Llegará un tiempo en que nos sentiremos estar al final del camino.

 

  • Podría ser que los hombres y mujeres más jóvenes perdieran el camino o el rumbo que ese camino lleva, es decir, que caminarán sin saber a dónde.

 

  • Podría llegar un día en que las traiciones colocarán a los pueblos en una completa dependencia de pensamientos, formas de vida o corporaciones ajenas a su forma de vivir, a su propia forma de resolver sus propios problemas, y con ello quedarán esclavizados por no saber resolver sus propios problemas.

 

  • Entonces, habló el caracol, es necesario recorrer el camino de mi casa, recorrer la espiral a un paso lento, a un paso de caracol, y recorriendo la espiral se reencuentren las soluciones, las ideas, los caminos, las esperanza, la vida buena.

 

  • ¿Cómo se encuentra el inicio de ese camino de tu casa?, –preguntaron los binigulaza.

 

  • Diciendo una palabra y luego otras, que sea, haciendo un diálogo. Pero –dijo el caracol– debemos tener cuidado de platicar con aquellos que hacen diálogos para traicionar; aquellos que simulan hacer planes sexenales vía consulta con el pueblo porque luego dan el crédito al Banco Mundial.

 

Desde ese entonces, como lo hemos hecho en Oaxaca, se hacen foros, encuentros, asambleas populares, diálogos que ayudan a retomar las espirales de las historias que nos lleven a vivir en la libertad.

 

Los que estamos aquí reunidos somos pueblos originarios. Las raíces están hundidas en la historia no de 200, sino de más de 500 años. Ahora estamos ante la necesidad de reconocer la importancia de nuestra lengua, de los adelantos tecnológicos y de las alternativas que tenemos para seguir siendo nosotros en este tiempo que quiere desaparecernos.

Tomada de www.schnauzi.com

Hacer el camino del caracol

Manuel Antonio Ruiz

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