San Francisco Ixhuatán, pueblo de ascendencia zapoteca ubicado en el sureste de México, en la región del Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca. Su nombre en zapoteco, Guidxi Yaza, significa pueblo de hojas de palmeras. De acuerdo con datos del Inegi, en 2010 contaba con 8100 habitantes de 6 y más años. Es cabecera municipal y, administrativamente, tiene 8 agencias dependientes de esta: La Integral, Chahuites las Conchas, Cachimbo, Colonia 20 de Noviembre El Morro, Cerro Chico, Cerro Grande, Las Palmas y Río Viejo. Sus principales actividades comerciales son la ganadería, la pesca y la agricultura.
A lo anterior podemos agregarle características geográficas, políticas, económicas, sociales y culturales propias de nuestro pueblo, pero ¿eso es hacer historia? Eso es hacer una descripción superficial que no requiere mayor esfuerzo intelectual ni científico.
¿En qué año fue fundado Ixhuatán? (Esta pregunta se lanzó en la cuenta del Facebook de este proyecto y, a diferencia de otras que se han hecho sobre conocimiento popular y cuyas respuestas incluso han incluido datos extras al consultado, no tuvo la más mínima resolución –a excepción de una persona que escribió: “1826”, basada, seguramente, en el dato que nos arroja Google al momento de escribir en su buscador el nombre de nuestro pueblo-.) ¿Cuáles fueron los grupos zapotecos que lo habitaron en sus orígenes? ¿En qué momento llegaron a nuestras tierras los primeros colonizadores españoles? ¿Cómo fue el proceso de inserción de elementos ajenos a dicha cultura? ¿Cómo y por qué se determinó que sería la Virgen de la Candelaria el elemento religioso para colonizar espiritualmente estas tierras? ¿Cuántos y quiénes fueron los ixhuatecos que participaron en la Revolución Mexicana? ¿Qué ixhuateco militó activamente en la Liga comunista 23 de Septiembre? Desconozco la mayoría de las respuestas a estas y muchas otras preguntas relacionadas con mi pueblo natal… ¡y me da vergüenza!
Wikipedia nos resume en 10 ridículas líneas los datos sobre nuestro pueblo. Una página gubernamental (http://www.inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM20oaxaca/municipios/20143a.html) ofrece un poco más de información al respecto –algunos datos un poco imprecisos- sin llegar a ser un espacio en el que los estatutos de nuestra historia queden resueltos.
Son pocos los ixhuatecos que se han aventurado a escribir obras en relación a la historia de su pueblo (uno de ellos, y me jacto de decirlo, colabora en esta plataforma de análisis), y quienes han llevado a cabo esa tarea lo han hecho desde sus propias memorias, desde sus fuentes inmediatas, sin que se haya llegado a consolidar un trabajo de carácter científico-social respaldado por investigaciones duras capaces de concretar una obra de historia de Ixhuatán, lo cual, quizá, tampoco ha sido el objetivo de estos intelectuales. Admito que no he contado con la fortuna de tener entre mis manos el libro “Ixhuatán, las hojas de su historia”, del doctor Juan Henestroza, por lo que ignoro si en ese trabajo se puede encontrar información científico-social que contribuya en esta labor.
Podemos encontrar algunos datos relevantes en relación al origen de los zapotecos del Istmo en la obra de Andrés Henestrosa (sí, ese intelectual al que muchos critican), particularmente en “Los hombres que dispersó la danza”, pero este no deja de ser un trabajo que transita entre la literatura y la mitología sobre el origen de los binnigula’sa a partir de elementos narrativos que no necesariamente tienen un respaldo que pueda constatarse. Víctor Miguel Cruz Ortiz ya nos ha ofrecido aquí mismo otras versiones acerca de la ascendencia de nuestros ancestros. Desde hace algunas semanas he estado revisando escritos de la Sociedad Nueva de Estudiantes Juchitecos, principalmente a partir de sus trabajos en la revista “Neza”, emergida en la década de los 30 del siglo pasado, y he encontrado información interesante.
Con lo anterior no quiero afirmar, en lo absoluto, que no haya ixhuatecos que efectivamente conozcan su historia, seguramente en la memoria colectiva pueden hallarse los distintos fragmentos de nuestro pasado; sin embargo, hasta el día de hoy, ninguna autoridad, ninguna asociación civil, ningún proyecto social se ha preocupado por elaborar un tratado ni por hacer un trabajo de investigación que toque las fibras más lejanas de nuestro pueblo.
Para llevar a cabo dicha tarea es preciso indagar en una infinidad de escritos, documentos, trabajos y demás archivos que pueden estar en algún rincón de algunas bibliotecas del Istmo; además, las memorias de los abuelos de nuestros abuelos (una vez más, parafraseando a mi colega Manuel Antonio) son parte importante de este rompecabezas; empero, mientras más tiempo sigamos perdiendo, este ejercicio se volverá cada vez más inaccesible para nosotros, pues los viejos están partiendo, los libros, mapas y memorias escritas se están yendo a la basura porque nadie se acerca a ellos siquiera por curiosidad.
En este momento, como nunca antes, tenemos un gran potencial en lo referente a profesionistas; hoy hay ixhuatecos formados en muchas disciplinas científicas, sociales y humanas. Veo en la actualidad una viabilidad tremenda para tratar de ejecutar este trabajo de relevancia cultural importante.
Dejo estas líneas como ejercicio de reflexión acerca de una esfera que considero que debe ser explotada y se encuentra prácticamente virgen. Es cierto que los oficios del escritor y el investigador no son precisamente los más atrayentes ni los que más votos nos pueden dar en una elección presidencial, pero, de emerger sujetos que se trasciendan el “soy orgullosamente ixhuateco” pero no hago absolutamente nada por el beneficio de mi pueblo, entonces tendremos a grandes hombres o mujeres que aportarán lo que ningún gobernante ni líder social nos ha dado.
¿Algún interesado? Yo me apunto