Estamos en fechas patrias. Se viene la algarabía para festejar una vez más el inicio de la revuelta por la “Independencia” en la que el cura Hidalgo y Costilla se lanzaba contra los opresores españoles de la Colonia para reclamar legitimidad para los mexicanos y mejores condiciones de vida.
Todos los mexicanos tenemos por conocida la fecha y nos sentimos orgullosos de que cada 15 de septiembre gritamos los nombres de los personajes que nos dieron “patria y libertad”, que a lo largo de los años nos han enseñado a través de la historia oficial con fechas exactas cómo se dio la lucha allá por 1810.
Actualmente cabe la reflexión sobre si en verdad los ideales por los que se luchó en esa época y un poco después en las revueltas de la Revolución cien años después han sido cabales en la historia de México. Habría que revisar en cada uno de los estratos sociales donde se han alcanzado y donde no cada uno de esos sueños libertadores que tenían como objetivo principal quitarnos el yugo extranjero para darnos autonomía como país a los mexicanos.
La transformación histórica de México siempre ha estado sujeta a los dictados de intereses del poder que mantiene la clase oligarca en el país, quienes deciden qué puede saber el pueblo y cómo lo debe conocer; por lo cual, muchos escépticos dudan de algunos hechos que nos han contado como verdaderos en los libros de la historia desde la enseñanza primaria, por lo que se han creado hipótesis de que ciertos sucesos nunca ocurrieron o no como nos lo contaron nuestros maestros. Por ejemplo: el hecho que se conmemora el 13 de septiembre en la gesta heroica de los niños héroes.
Las políticas impulsadas desde hace mas de 30 años, y que actualmente se han agudizado con una administración federal entreguista de los recursos naturales al extranjero, la subordinación a mandatos del FMI y el BM por supuesto lugar de nación en desarrollo, nos deben preocupar a los que nos decimos patriotas y disfrutamos estas fechas; debe alarmarnos siendo conscientes de que no gozamos de ninguna pisca de independencia, ya que nos han puesto en charola de plata a los intereses del mercado y nos han vendido a las naciones primermundistas para que el saqueo siga como lo hubo desde la llegada de la colonización.
Podemos preguntarnos ¿dónde quedaron los ideales de una republica? ¿Dónde quedaron las Leyes de Reforma? ¿El tratado de Iguala? ¿Los ideales de la Revolución Mexicana? Y su logro más importante: ¿la Constitución de 1917? Todos ellos se han ido al carajo porque podemos ver que a los que gobiernan poco les ha importado entregar nuestros recursos naturales al mejor postor, que nos han vendido con los bancos y nuestra banca mexicana la han vuelto a poner en manos de los de siempre. Vemos con tristeza que las leyes modificadas y creadas defienden a quienes pueden pagar, como los empresarios, que sacan las mejores ganancias a costa de no pagar impuestos en medida de sus ganancias, pero el mexicano promedio es exprimido por la administración tributaria; que las mineras extranjeras para no variar tienen más del 30 % de nuestro territorio comprado contaminando nuestros suelos y aguas; que hay desplazamientos de territorios que son despojos al pueblo mexicano, como sucede en las playas, donde grandes compañías de complejos turísticos destruyen manglares y selva, que son importantes en la vida de los ecosistemas; que tenemos la burocracia más cara del mundo con “servidores públicos” que en una gestión de tres años en los altos cargos pueden ganar para ellos mismos y sus generaciones venideras; que todas las reformas aportan muy pocos beneficios reales al pueblo; que a los de abajo los recursos nos llegan a cuentagotas y que, a pesar de los esfuerzos de jornadas laborales muy largas, apenas y nos alcanza para sobrevivir.
No basta con ser mexicanos del 15 de septiembre o patriotas de una sola noche para gritar “Viva México” por un rato y dejarlo morir por el resto del año. Basta ya de doblegarnos ante los mismos de siempre, que nunca se han ido, que se han acomodado para ellos tener mejores tiempos, que se han puesto en el mejor lugar después de cada revuelta con intento de cambio de fondo y se han sentado con los ganadores para seguir disfrutando de lo benefactor que es nuestro país. Que no se nos olvide que nos han hecho más daño quienes dicen defendernos para seguir dominándonos, más por la idea que por la fuerza. Es hora de retomar el sentido de hombres de patria para darnos la libertad que nos merecemos. Los mexicanos somos solo parranderos de una noche mexicana.
Tomada de www.holaciudad.com