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Ixhuateco desde 1971, año en que nací.

 

Salí de Ixhuatán en 1989, en búsqueda de eso que llaman superación profesional, precedido de una fama de estudiante medianamente exitoso, misma que no supe quién tuvo a bien inventármela. Antes, cursé estudios en la Emilio Carranza, la secundaria ES 372-21 y la prepa en el CBTA 158.

 

Egresé de la Universidad Autónoma Chapingo, de donde me titulé con la primera tésis con perspectiva de género en la misma titulada: “La mujer zapoteca, mitos sobre el matriarcado: Caso Juchitán, Oaxaca”. Ahí obtuve Mención Especial en mi titulación y dos cuadros de honores por mi desempeño académico.

 

De esa etapa aprendí sobre medio manejar la prosa en los talleres de poesía y narrativa con varios escritores, y la Uach publicó algunos de mis trabajos. Lector empedernido, inicié esa bonita costumbre desde mi adolescencia, la cual no dejo de fomentar y alimentar.

 

Cursé estudios en Calidad y Productividad en el Tec de Monterrey campus Ciudad de México. He obtenido la certificación para ser auditor en procesos de gestión de calidad y ambiental ISO 9001 y 14001 por UL University, Det Norske Veritas y TUV Rheinland. Así, también he obtenido acreditación por la American Society for Quality para Six Sigma.

 

He trabajado para el sector público y, desde 2004, en la iniciativa privada. He certificado en ISO 9001:2000 e ISO 9001: 2008 a 13 empresas del grupo empresarial para el que laboro y una certificación ambiental. He asesorado en el diseño e implementación de dos Sistemas de Gestión de Calidad y he recibido entrenamiento para implantar Balanced Scorecard y PMI.

 

De adolescente, dos cosas motivaron qué quería de mí en el futuro: terminar una carrera en Chapingo y ser taganero; de la primera, mis madres apoyaron con pasión y ahínco para lograrla; de la segunda, me cancelaron esa posibilidad porque no iba a lograr nada “bueno”. No sé si eso terminó por desencantarme para no querer visitar nunca más la poza del amor y la ganadera. Padre de cinco mil libros, me defino como salvajemente twittero y quiero este epitafio en mi morada final: “Aquí yace un taganero que leía muchos libros”.

Joselito Luna Aquino

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