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“En la clase se reunieron en un círculo, propuestas brotaron en todas direcciones. La mayoría tenían 9 años de edad, veintiocho estudiantes discuten la forma de organizar el acceso a las computadoras para las  presentaciones. Después de un momento, el maestro, Emilie Lassau, levanta la mano para intervenir: Surge un problema, ahora debemos encontrar una solución. Alcen la mano para proponer. La agenda de la ‘junta de gestión de la clase’ puede seguir celebrándose”.

 

Así inició el artículo “La méthode Freinet: une pédagogie innovante au cœur de l'école publique” (El método Freinet: una pedagogía innovadora en el corazón de la escuela pública), publicado en el diario francés Le Monde el pasado 15 de septiembre. De esta forma se inició un debate serio en Francia para introducir el método Freinet en todo el sistema escolar de ese país, ya que dicho método educativo ha dado excelentes resultados, sobre todo en la enseñanza de las matemáticas, donde el estudiante elige lo que quiere aprender y avanza a su propio ritmo. Lo interesante de este tema no es solo el proceso de aprendizaje, sino el hecho de que incrementa el nivel de concientización de los estudiantes en torno a la participación. De ahí que los estudiantes que iniciaron su educación primaria hasta el nivel preparatoria con este método hayan desarrollado una mayor capacidad de participación y de toma de decisiones.

 

Claro está que no podemos comparar a México con Francia por las condiciones económico-sociales ampliamente conocidas; no obstante, tampoco podemos dejar de soñar de lo que sería de nuestros estudiantes si tuvieran una educación basada en la incentivación de la participación individual y colectiva. Imaginemos qué pasaría si las primarias del municipio de Ixhuatán pudieran educar a una generación de niños acostumbrados a levantar la mano, pedir la palabra y tomar decisiones. Seguramente crecerían bajo los paradigmas de este método y serían ciudadanos informados, con capacidad de criterio y un alto nivel de participación ciudadana.

 

Quizás sea un sueño que los niños ixhuatecos se eduquen bajo este innovador método, pero no podemos dejar de pasar desapercibido el último desfile del 20 de noviembre, donde los estudiantes llevaron a cabo un desfile sui géneris, manifestándose y reclamando justicia por los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa. Seguramente, la mayoría de ellos no sabía de lo que se trataba, pero lo importante de este asunto es que se involucraron en un evento de manifestación social a temprana edad. Imagínense qué sería de nuestro pueblo si estos niños lo hacen de forma consciente en un futuro.

 

No faltan aquellos que reprueben las manifestaciones de cualquier tipo y piensen que siempre serán una muestra de ociosidad revoltosa; sin embargo, sobran los ejemplos de cómo la participación ciudadana y las manifestaciones cambiaron el rumbo de muchos pueblos. Ahí están las manifestaciones de estudiantiles en Hong Kong a favor de la libertad de expresión; de la comunidad afroamericana manifestándose en Ferguson, Missouri, en contra de la represión policiaca; las marchas de nuestros paisanos en las ciudades norteamericanas a favor de una reforma migratoria que pueda sacar de las sombras a 12 millones de indocumentados; las manifestaciones de las sociedades árabes en Marruecos, Egipto, Libia y Túnez contra las dictaduras; las manifestaciones de los catalanes por lograr su independencia de España; la huelga de los pilotos alemanes de la empresa Lufthansa por obtener mejores condiciones de trabajo.

 

La participación ciudadana es clave para tener mejores gobiernos siempre que sea de forma consiente y respetando el derecho de terceras personas. No esperemos tener buenos gobiernos con sociedades apáticas, por eso la importancia de que nuestros niños se familiaricen con la participación dentro y fuera del salón de clases.

 

Dado que la implementación de un método innovador como el Freinet es un sueño para los ixhuatecos, podemos empezar en nuestra propia casa teniendo una mejor comunicación con nuestros hijos, informándoles sus derechos y sus obligaciones. Recordemos que la verdadera educación viene de nuestros hogares y la responsabilidad de educar no es solo del maestro.

La participación infantil

Florentino Cabrera García

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