Jóvenes pobres, asesinando jóvenes pobres.
Una desgracia que nos persigue y derrota. Ángeles Mastretta.
Es una vergüenza escribir esto. La violencia es una vieja que apaga, nubla, descompone y corroe las entrañas. La violencia es una poderosa vigía de nuestras descomposiciones; es ella una traicionera que burla, transa y muerde nuestras conciencias.
No, no quiero decir eso. Me niego.
Me niego a creer que esto hicimos y me niego a creer que nos sorprenda lo que hicimos. Me harta escribir lo que duele. No sé expresar tanta rabia, apoltronar la nalga y seguir mañana como si este mundo no tuviera esta desgracia.
Somos la desgracia mirándose, esa soledad, la soledad de madrugada de estación. Somos eso que no quisimos en algún momento, nosotros, cada uno dejó de mirar y terminamos ciegos, desollados y llorando hipócritamente, que tú no estás. Que ustedes no están.
Somos parte del hartazgo y somos causa de ello mismo. No se entiende este dolor si no sumamos los nuestros y nuestras contribuciones lentas, pero seguras, consistentes, hasta acabar donde nos encontramos.
Festejamos la muerte, vieja compañera. Hoy ya la muerte es una bolsa de basura conteniendo restos, los mismos que, desde hace veinte, veinte días, ya se filtraban en la prensa, esperando el momento "adecuadamente político" para sacarlos a relucir. Somos esa bolsa de basura.
Somos esa noche, esa desgracia, ¡aceptémoslo ya! No seamos hipócritas y lancemos la daga al otro. Es nuestra culpa. Por mi culpa, por mi culpa, por nuestra maldita culpa deben rezar nuestras pancartas y consignas.
¿Dónde nos extraviamos?
Ringlera:
Vuelven los mismos miserables de siempre, los carroñeros de la desgracia. Tú escribes desde el "feis" para exigir una renuncia antes de una fecha porque, después de la tormenta, tú, sólo tú puedes salvar, desde tu ayatola idea, a México. Compón otro himno a tu viejo partido, que un día tuvo a bien expulsarte por lo mismo que te saliste del otro.
Yo sigo viendo un cartel desde la casa de un desgraciado que un buen día fue expulsado por su pueblo, el ixhuateco, porque apoyó a caciques y ahora me resultas un #Yosoy132 y crees que nadie sabe quién eres en realidad. ¿Eres de izquierda ahora?
Tú fuiste un día guerrillero, "Tragabalas" te dicen; ahora sales corrido de la UNAM bajo la lluvia de insultos, esos que algún día, en tu lejana juventud, también propinaste a otro en el poder. Ha de ser difícil vivir con eso. Bretón estaría divertidísimo de tu drama.
Tú un día escribías ensayos y te entusiasmaba cambiar el mundo desde la izquierda, recibes en un mitin, en la plaza pública, en la frente, hasta hacerte sangrar, un bote naranja de restricción vial, lanzado por la intolerancia bajo una lluvia de insultos y el maldito grito de viejito asesino. Nunca has asesinado ni a una mosca siquiera. Ese que te lo lanzó se supone que va a velar mi vejez. Bien.
Fundas partidos desde la izquierda, un periódico de izquierda, fuiste líder del 68 y un gran divulgador de la ciencia; te plagian tus artículos y escriben un libro con ello. Pero, en un bar de Guadalajara, un joven te espeta un machista, intolerante e "izquierdista": “Pinche joto, deja de estar chingando o te rompo tu madre”. Sí, porque cuestionas al ayatola, ese que está por encima de toda mancha. ¡Qué soberana estupidez!
Eres una "libertaria" escritora, lanzas consignas en la plaza pública diciendo: "Televisa te idiotiza". Sí, tú también plagias escritos de otros e infantilizas a los jóvenes y en las noches, en un noticiario de esa Televisa que idiotiza, lanzas gorgoritos y cobras tu beca en dólares. ¿No se te hace que eso es incongruente?
Vivos los llevamos y vivos los queremos. La plaza se indigna y quien protesta es el mismo quien lo hizo. ¡Ya basta de eso también!
Pante:
Pinche Kafka, ¡pues qué te hicimos para merecer esto!