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Los más pequeños, que, aburridos de ser expulsados de la comunidad al terminar el bachiller, se pusieron sentimentales y luego muinos se dijeron: "¿Qué falta para quedarse en la comunidad? ¿Hasta cuándo vamos a dejar de ver como normal ser expulsados del pueblo?". Así lo contaron los más viejos y viejas a las nuevas generaciones, así lo escribimos ahora para que no se olvide la memoria histórica.

 

Los más jóvenes y jóvenas se dijeron: "Los Guidxi Yaza (pueblo entre hojas que, actualmente, se nombra San Francisco Ixhuatán) nos reconocemos parte del pueblo binnizá o zapoteca en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.

 

"Compartimos el sistema lagunar del Istmo de Tehuantepec y por ello convivimos con el pueblo hermano ikojts o huaves de San Francisco del Mar y compartimos al norte la vida con el pueblo originario zoque en la selva de los Chimalapas.

 

"Somos comunidades que hemos resistido ante la colonización y los intentos de transformación de nuestra identidad.

 

"Somos una asociación civil nacida en 1979 por visionarios de nuestra comunidad ante la necesidad de aperturar espacios para el acceso a niveles superiores de educación, la crearon en el sistema por cooperación, intentando que tanto la sociedad civil como las instituciones pusiéramos nuestro granito de arena para lograr este fin que no era de prioridad en aquellos tiempos para las autoridades.

"Somos una institución sin fines de lucro".

 

Cuentan que estos más jóvenes retomaron la figura de la más antigua escuela de la región y sobre esa base decidieron dar continuidad a su propia historia y se hicieron parte de la generación 30 de la Escuela Preparatoria por Cooperación José Martí. Cuentan que esa escuela, el día de hoy, después de 32 años de existencia, sirve a 130 jóvenes provenientes de las culturas: binni za´(zapoteca), ikoojts (huave), zoques y mestizos; de los municipios de San Francisco del Mar, San Francisco Ixhuatán, Reforma de Pineda, Santo Domingo Zanatepec y San Miguel Chimalapa.

 

Los más viejos y viejas, rememorando, se dieron cuenta de que tenían un compromiso: el de "formar y acompañar a los jóvenes, sus grupos e iniciativas con herramientas y saberes que les permitan generar mejores condiciones de vida". Y se recordaron de que, cuando jóvenes, habían tenido un sueño que era "ser una institución que favorece iniciativas comunitarias en apoyo a la continuidad de su proceso e identidad de pueblo y cultura. Una institución que forma jóvenes con alto espíritu de compromiso con su gente y desarrolla sus capacidades para enfrentar las problemáticas comunitarias".

 

Cuentan que estos más jóvenes que construían su historia salieron a las comunidades y preguntaron a los más viejos y los más jóvenes sobre su vida y fue que se dieron cuenta de que en San Francisco Ixhuatán y sus alrededores no hay universidades ni espacios para el ejercicio laboral. De alguna forma, los jóvenes somos expulsados de nuestra comunidad.

 

No dimos cuenta, decían, de que los espacios donde hemos aprendido la vida no han sido la escuela y sus aulas, sino la práctica de convivir con el río, el mar, el campo, la casa y, en general, nuestro territorio. Para poder comer hay que trabajar y para trabajar hay que aprender, entonces a pescar aprendemos en el río o en el mar, a hacer maíz lo aprendemos en el campo y así cada cosa aprendida tiene una relación estrecha con un espacio de vida, se dijeron.

 

Cuando presentaron sus investigaciones, llamaron a una reunión general y explicaron:

 

"Nuestro encuentro con la comunidad nos enseñó que nuestras formas de vida han ido cambiando, aunque, en últimos tiempos, se está desplazando esta forma de vida y por ello se encarecen los servicios de salud, de vivienda y de educación.

 

"Comprendimos que incluso la fiesta era más amena y cómoda por la participación colectiva de los vecinos, familiares y amigos. El elemento que se va perdiendo es el tequio, el servicio comunitario, el tejido social.

 

"Como jóvenes observamos que en nuestras casas la situación económica cada vez es más compleja por la falta de empleos, ya que se ha dejado de trabajar en la producción de nuestros alimentos de manera local y a nivel regional, por lo que hay una dependencia alimenticia y económica del exterior, lo que ocasiona que no haya oportunidades de empleos en nuestras comunidades.

 

"Unido a nuestros problemas locales, los gobiernos están privatizando nuestro territorio, mar, agua, tierra, viento y todos nuestros bienes naturales para beneficiar empresas extranjeras.

 

"Se otorga concesión para minería en Santo Domingo Zanatepec y San pedro Tapanatepec, al norte de nuestro territorio y sobre nuestras tierras se ha otorgado concesiones para salineras y para la instalación de un parque eólico que afectará las lagunas donde se cría el camarón y pescado, que son base de nuestra alimentación.

 

"En la experiencia al estudiar en la preparatoria José Martí nos marca el reconocimiento de nuestro territorio, la vida comunitaria, el trabajo en colectivo".

 

Y fue entonces que declararon:

 

"Tres compañeros decidimos continuar la experiencia de formación en este sistema donde pensamos en colectivo para solucionar los problemas locales desde la práctica en nuestra comunidad con los elementos locales enfocado en la recuperación de nuestros bienes naturales.

 

"Mientras estábamos en la preparatoria realizamos diálogos, uno de ellos en el 'Seminario Voces de las Juventudes', donde Jaime Luna nos compartió su palabra sobre comunalidad, la cual implica interdependencia total del universo, es integralidad, explica el modo de pensamiento que nace y se reproduce con los elementos totales de la vida:

 

"El aire que respiramos y, con eso, el clima que tenemos, el agua que recibimos, todo lo natural que muchos conocemos como territorio de la cual nosotros formamos parte, la sociedad, su organización, su forma de ser, su vida política, su vida de relación social, que puede ser la comunidad que habita en un determinado territorio, que puede ser una asamblea que aglutina a los jefes de familia entendida como una organización primaria o bien los simples habitantes que tienen la necesidad de estar juntos, que trabajan para su propio bienestar.

 

"El trabajo: no hay mundo, espacio de vida, que no se manifieste a través del trabajo, de la acción, del movimiento de la relación hombre o mujer con su entorno, es decir, sociedad y territorio.

 

"Ese suelo que está pisando puede ser tristeza, alegría, baile, fiesta, ropa, sueño etc. Comunalidad es vida, es modo de vida, es modo de pensamiento, es el proyecto de todos los días".

 

Cuentan, entonces, que el viento vino a soplar un poco para aliviar el calor que hacía sudar a chorros a los asistentes, las nubes vinieron a ponerse delante del sol y a opacar un poco la admiración que los viejos tenían en sus ojos, pues era extraño que esos jóvenes no querían ser expulsados de la comunidad. Se decían unos a otros:

 

"¿Que no bonito es que uno sale del pueblo a conocer otra gente?".

"Xianga galán es que se va uno lejos a probar vida, a ser alguien en la vida".

"Ma pe galán, sha. Pero estos están renunciando a ese derecho de ser libres".

 

Entonces los más jóvenes afirmaron:

 

"Hoy estamos naciendo, ante sus ojos de viejos y viejas de la comunidad, una nueva universidad, un centro universitario de saberes y prácticas para el buen vivir.

 

"Será una práctica basada en que lo que estudiamos no es para negocio; la mejor forma de alimentarnos es produciendo lo que comemos; lo que aprendemos lo hacemos desde la práctica; la universidad es un espacio de construcción de saberes y prácticas comunitarias que nos permiten vivir en nuestra propia cultura; la formación es teórico-práctica, basada en un proyecto de vida.

 

"Los saberes se comparten a través de talleres, seminario y cursos intensivos en relación con otros espacios que han construido una experiencia, construcción de nuestro espacio de trabajo; pretendemos criar guajolotes como forma de reproducir el alimento tradicional y, al mismo tiempo, como una fuente de trabajo que permita construir autonomía en nuestra formación; dar acompañamiento a estudiantes de preparatoria para hacer nacer la conciencia de nuestro territorio.

 

"Nuestro quehacer es dar seguimiento a la formación que recibimos para construir nuevas generaciones con pensamiento de comunalidad; asesoraremos al colectivo Utopía; acompañaremos el nacimiento de nuevas iniciativas juveniles; conocer y reconocer otros aprendizajes; participaremos en talleres, seminarios y formación de acuerdo con nuestras áreas de interés.

 

"Para esta formación conjuntaremos experiencias dentro del estado de Oaxaca y fuera de él, que han generado experiencias comunitarias tradicionales que han llevado al fortalecimiento de pueblos y comunidades; integrarnos a la vida comunitaria desde la creación de alternativas de vida para nuestras familias, desde las líneas de trabajo con el componente de conocimientos de administración:

 

Medicina tradicional y partería

Comunicación comunitaria

Medicina tradicional y orientación juvenil

 

Entonces nosotros, a partir de las experiencias vividas en la preparatoria, trabajaremos en colectivo para generar aprendizajes y, al mismo tiempo, autoempleándonos en la comunidad para ser autónomos retomando nuestras maneras propias de comer, trabajar y vivir.

 

Cuentan que, desde ese día, se dieron a la tarea de buscar los recursos para hacer posible, en la realidad, su deseo; por eso es que, hasta el día de hoy, están llamando a todos los hombres y todas las mujeres de buen corazón a contribuir con este proyecto.

 

Dicen que aún están esperando los donativos y que abonen a su práctica y hacer surgir desde abajo y desde la nada. Si quieres ser parte de esta historia, comunícate con nosotros.

 

Además, considero que la educación, instrucción, formación, procesos de acompañamiento a niños y jóvenes deben estar basados en la forma de resolver los problemas propios, en el amor a su tierra, en la integración al ecosistema; por lo tanto, los procesos de enseñanza-aprendizaje debieran ser parte de la defensa de la tierra, el territorio, el viento, el agua y todo aquello que nos da vida. Por lo tanto, esperamos que este próximo curso escolar los formadores integren la oposición a la instalación de las mineras de Tapanatepec, Zanatepec, las salineras y el parque eólico de Cachimbo a San Francisco del Mar.

Reflexiones sobre la universidad

Manuel Antonio Ruiz

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