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Después de una larga espera para los indocumentados que viven en los Estados Unidos, por fin el presidente Barack Obama firmó el documento que contiene medidas administrativas que podrían beneficiar hasta 5 millones de migrantes que han vivido en las sombras desde hace años. Dicho programa no fue aprobado por la Cámara de Representantes ni por el Senado, sino que fue una decisión unilateral del presidente dentro de los límites de sus facultades como mandatario.

 

Habrá quienes piensen que estas medidas representan una estrategia del propio presidente para que su partido pueda embolsarse el voto de los latinos de cara a la próxima elección presidencial de 2016. Otros suponen que fue la presión de los grupos pro inmigrantes lo que propició que Obama tomara esta decisión. Sea cual fuere la razón, lo cierto es que hay que tomar en cuenta que se trata de medidas administrativas que otorgan una protección temporal contra las deportaciones y la posibilidad de obtener un permiso de trabajo y licencia de conducir; no obstante, no se trata de una ley o de una regularización permanente, lo que significa que las personas que sean aceptadas en este programa tendrán que renovar su inscripción cada determinado periodo y tampoco podrán salir del país a menos de que se pueda conseguir un permiso excepcional. Visto de esta forma, la acción unilateral del presidente es una mera ampliación del programa Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA), creado en junio de 2010.

 

La noticia de una posible regularización temporal de la situación migratoria de muchos connacionales abrió la ventana para que muchos políticos oportunistas se intenten colgar de esta situación para obtener algún capital político argumentando que el decreto administrativo del presidente Obama fue producto de la presión y el trabajo de muchos actores políticos. La realidad es que, si bien es cierto que estas medidas abren un caudal de oportunidades para nuestros paisanos, no por ello debemos dejar de señalar los grandes problemas que aquejan al país. Recordemos que la gran mayoría de los mexicanos que radican en el exterior se fueron en busca de una mejor forma de vida como consecuencia del fracaso de la política económica y social de nuestro país.

 

Lo importante es que este nuevo programa DACA representa una luz de esperanza para los connacionales migrantes, entre los que se encuentran muchos paisanos ixhuatecos que radican en los Estados Unidos. El anuncio del presidente Obama desató la alegría de muchos hogares ixhuatecos exiliados, ya que llevan muchos años viviendo bajo las sombras y ahora ven la oportunidad de salir a la luz y por fin obtener el tan anhelado sueño americano.

 

Mientras se anuncien los tiempos y las formas administrativas para adherirse al programa DACA II, habrá que estar atento a no caer en las garras de abogados estafadores, por lo que no está de más advertir a nuestros paisanos que por ningún motivo den algún dinero por adelantado. De hecho, recomiendo tres cosas importantes: tener el pasaporte vigente, resguardar la documentación que compruebe su estancia en los Estados Unidos y, lo más importante, tomar todas las precauciones para no generar ningún registro negativo en su historial.

 

Para aquellos que por alguna razón no reúnan los requisitos para adherirse a este nuevo programa, habrá que estar atentos a los acontecimientos que se avecinan, como las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Sería una falacia señalar que el programa de Acción Diferida II pudiera ser el inicio de una posible reforma migratoria; sin embargo, tampoco hay que perder las esperanzas, por lo que habrá que seguir trabajando arduamente para llevar el pan a los hogares.

Un rayo de luz para nuestros migrantes

Florentino Cabrera García

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