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Desde hace varios años, he venido escuchando en distintos foros y espacios de discusión, conversación y en pláticas informales, y actualmente en las distintas redes sociales, en voz de mis paisanos ixhuatecos, la posibilidad y necesidad de fundar una institución de educación superior en el pueblo; las opiniones vertidas refieren a que sería una ayuda invaluable para todos aquellos jóvenes cuyos papás no tienen la posibilidad económica para enviarlos a estudiar a otras ciudades, además de fortalecer el desarrollo económico, social, educativo y cultural de Ixhuatán.

 

Hace apenas unos días, me encontré con un paisano, quien me comentó de lo ingratos que hemos sido quienes nos hemos lanzado a la aventura de conquistar y/o lograr éxitos en los distintos campos del quehacer en el cual nos hemos formado. “Todos o la mayoría de los que han salido de Ixhuatán y han triunfado se han olvidado de nosotros: ya no recuerdan a sus amigos, a sus familiares, a sus vecinos que, por alguna razón, no han podido salir a estudiar”, me decía con un sentido de reproche. “Ixhuatán los necesita. Nadie se ha preocupado por los intereses del pueblo, ya no se acuerdan de dónde vienen, quiénes son, de la gente que son su gente, su pueblo, ¿por qué, entonces, nadie hace las gestiones necesarias para poner una universidad en beneficio del pueblo?”.

 

Por más que quise explicarle a mi paisano que quienes hemos salido del pueblo no es por lujo, sino, más bien, la mayoría de las veces, por una necesidad de superación y que los logros y éxitos son producto de los esfuerzo individuales y del empuje que cada uno a su manera ha realizado para abrirse paso y construir y solidificar una carrera exitosa, que en ello también es un asunto personal, su insistencia recaía en el desdén de que, según él o ellos (mis paisanos), creen se ha realizado por el pueblo, sacando a relucir nombres de hombres y mujeres ixhuatecos, exitosos y exitosas en todos los campos de quehacer profesional.

 

La plática con mi coterráneo y los antecedentes que tengo de este sentir me han llevado a reflexionar durante varios días: ¿qué tan posible, factible y necesario es la creación de una universidad o institución de educación superior para Ixhuatán? En el proceso me surgieron varias ideas, quizás como también a otros les han surgido cuando el tema en cuestión ha llegado a ellos.

 

Si planteamos la idea de la universidad como una institución de generación del conocimiento que busque atender las necesidades de la sociedad para la que sirve, entonces es necesario partir de la reflexión sobre las necesidades que tiene Ixhuatán en la producción de conocimiento, ¿de qué tipo? ¿Cómo? ¿Para qué?

 

En este escenario, podríamos partir de la tensa relación entre los procesos políticos tanto de carácter local como global, en el entendimiento de que es allí, en este sistema complejo de la relaciones de poder vinculados a las nuevas estrategias de producción económica, lo que nos puede permitir vislumbrar un proyecto novedoso y con tendencias al desarrollo local que beneficie a la población en su totalidad; es decir, se debe hacer un análisis minucioso, o estudios apropiado de factibilidad, en el que concuerden historia, sociedad, economía, educación, cultura y oferta laboral en torno a la idea de que lo que se quiere es el desarrollo local con impacto global, en concordancia con las políticas de los organismos nacionales e internacionales. ¿Qué brinda Ixhuatán al escenario global? ¿Cuáles son las ventajas de producir hombres y mujeres que contribuyan al sistema de las políticas educativas en los cuatro lineamientos (educar para la paz, educar para la democracia, educar para la conservación ambiental y educar para el autodesarrollo) del sistema global?

 

No estoy siendo pesimista en mis consideraciones, es parte de la reflexión desde donde se puede comenzar a construir estrategias que permitan reconocer y/o reconocernos ante los planteamientos presentados. Es necesario también saber que, en el ámbito de las políticas educativas estatales, suponer la ubicación de una institución de educación superior en Ixhuatán nos lleva a observar algunas desventajas, que no necesariamente imposibilitan el logro del mismo:

 

El municipio se ubica entre dos polos de desarrollo socioeconómico relativamente cercanos, Juchitán y Arriaga, los cuales cuentan con la infraestructura y oferta educativa de educación superior, que responde a los intereses y necesidades de la población de la región.

 

Somos vecinos con municipios que tienen mayor extensión territorial y mayor población, quienes, en su momento, también tienen el mismo derecho de exigir que sean ellos los beneficiarios del proyecto.

 

No se cuenta con la infraestructura física y humana que permita garantizar la viabilidad y desarrollo de la institución a mediano y largo plazo.

 

Sin embargo, al considerar que los orígenes de las universidades, desde la época medieval hasta nuestros días, han tenido un principio azaroso y complicado, se pueden pensar con un poco de sensatez las ventajas que se tienen o se pueden desarrollar en beneficio del proyecto:

 

El conocimiento es un bien universal, y, como tal, los y las ixhuatecos podemos, desde nuestra performatividad, desafiar al mundo en la construcción de espacios en las que, a través del diálogo, del rescate de nuestra historia, del análisis de la realidad social y en la búsqueda y construcción de un conocimiento que nos beneficie a todos los seres humanos, encontremos el logos por el cual se justifique la necesidad de una universidad ixhuateca.

 

En esta etapa posmoderna del mundo, los espacios de creación y desarrollo del conocimiento ya no son escenarios sitiados: la concepción del mundo se plantea desde la emancipación del sujeto, desde la libertad colectiva, desde el quehacer práctico y creativo. Es decir, la infraestructura física es lo de menos cuando los sujetos tienen conciencia de su realidad, de su razón de ser y su querer ser en el mundo.

 

Ixhuatán puede convertirse en el paraíso recuperado de la idiosincrasia, de la filosofía y del estudio del ser humano y de la naturaleza -de acuerdo y en concordancia con las características de la región-, fundamentado en los principios que se tienen, desde la historia social, la cultura y su base económica, que somos parte de un pueblo originario: zapoteca.

 

En cuanto a los recursos humanos, hay hombres y mujeres, dentro y fuera del municipio, dispuestos a apoyar un proyecto como este de gran envergadura.

 

La posibilidad de lograr el sueño no está distante de la realidad, así como se han logrado desarrollar y consolidar otros proyectos, como el de la preparatoria José Martí, expuesta ya por otro compañero en este espacio, la universidad en Ixhuatán tiene la posibilidad futura de gestarse. Pero hay que ser realistas, no solo lo gestionan las autoridades ni lo logran los ixhatecos exitosos que viven en otras poblaciones y/o ciudades, tampoco esta visión de envidia por los logros de quienes, con base a su esfuerzo, han logrado destacar; por ello también se deben apoyar a los proyectos que ya existen dentro del municipio, de los que sé que existen, como la radio comunitaria, las asociaciones productivas, los organismos sociales, las actividades culturales y los proyectos deportivos.

 

¿Es posible una institución de educación superior en Ixhuatán? ¿Quién le pone el cascabel al gato?

¿Universidad en Ixhuatán?

A. Antonio Vásquez

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