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Guarda silencio, no te vayan a escuchar. No los mires, se pueden enojar. No menciones sus nombres. Si te piden algo, dáselos sin objetar. De preguntarte alguien sobre su proceder, di que no sabes nada, que donde vives no sucede absolutamente nada.

 

Si amedrentan al vecino, ignóralo. Si manejan como locos por las calles, déjalos, tienen derecho a divertirse. Atiende al pie de la letra cualquier llamada telefónica de su parte y acata las órdenes que te den. ¿Qué son mil o 2 mil pesos mensuales menos para ti y los tuyos? Regálaselos cuando así lo soliciten.

 

No les cobres la cuenta, eso es una descortesía. Tienen pase VIP gratuito a todos los eventos aunque el resto de los asistentes sí pague por ingresar.

 

Es preferible quedarte en casa que dar una caminata nocturna (total, ¿qué de bueno puede tener la libertad?). Que ni se te ocurra inculparlos: alguien podría hacérselos saber.

 

Si en antiguas monarquías occidentales se pagaba el diezmo, quién descarta la posibilidad de que este sea incluso necesario actualmente. En otros lugares están peor, así que esto es normal.

 

Para las relaciones públicas, nadie más efectivo que ellos. Acostúmbrate a vivir así, tampoco es tan malo. Mira lo que le pasó a aquel, no querrás que te suceda lo mismo.

 

No los retes, son más fuertes que tú. De querer ser alguien influyente y con poder, acércateles, quizá les caigas bien y te conviertan en su súbdito… pero sin traiciones, eso cuesta caro.

 

¿No te gusta lo que ves a diario? Vete del lugar, ellos son los dueños y su palabra vale más que la tuya. Trabaja duro para que no les falte nada. Quizá pueden ayudarte a ganar un problema legal con otro conciudadano.

 

Algún día fenecerán, solo hay que ser pacientes y esperar. Ah, pero no olvides que la podredumbre se hereda, así que, cuando dicho momento llegue, se tratará más bien de un cambio de estafeta, que se manifiesta ya.

 

¡Destruye tus ilusiones! ¡No hay otro mundo posible!

 

Si alguien desea vivir en un inferno, siga al pie de la letra esta serie de indicaciones. Así lo hicieron los duendes de la aldea muy lejana que existió hace mucho tiempo.

 

Sin embargo, no hay que perder de vista que esa es solamente una pequeña parábola y que cualquier parecido con la realidad…

Autocensura

Michael Molina

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