Panóptico Ixhuateco

Podemos gritarnos en campañas políticas o en partidos de futbol -ya sean en la Emilio, en el “Pirata” o en el campo del Barrio Ostuta-. Podemos también ir a misa/reunión/plática a la iglesia de la Candelaria, con los mormones, testigos de Jehová o cualquiera de las religiones que existen en el pueblo.

 

Podemos optar por ir a la vela de los “pobres” o a la de los “ricos” aunque del otro lado los grupos musicales nos parezcan mucho más atractivos, pero con cierto sentido de pertenencia que nos indica situarnos desde “nuestro” sector.

 

Podemos afirmar que la sección, colonia o calle en la que vivimos es la mejor por la serie de características que quieran resaltarse para jactarnos del microespacio que habitamos.

 

Podemos estar divididos en muchas de nuestras facetas de la cotidianidad ixhuateca; sin embargo, en los momentos necesarios, la empatía y la solidaridad difuminan cualquier diferencia.

 

La respuesta que provocó la detención de nuestro amigo-vecino-colega-hermano Juan Nakamura Martínez por parte de la policía el pasado 7 de junio fue un síntoma de ese sentido de unidad que encuentro en nuestra comunidad ante situaciones que exigen compromiso. Las reacciones de repudio hacia esta medida se hicieron notar desde el momento en el que ocurrió el incidente.

 

Difícilmente hubo un ixhuateco enterado de la situación al que le haya sido irrelevante lo que sucediera con este joven por todos conocido y partícipe de una lucha también muy familiar para los habitantes del pueblo entre hojas. Sin importar si se encuentra en nuestro círculo de allegados, todos deseábamos tenerlo de vuelta con sus familiares y amigos.

 

Nunca –nunca- nuestro portal había recibido tantas visitas en un solo día como cuando hicimos el pronunciamiento en respaldo a Nakamura. Nuestro rango de clics diarios va de los 80 a los 120. El día en el que lanzamos nuestra postura conjunta, dicho escrito fue leído por mil 194 personas; al día siguiente fueron 300. El link fue compartido 117 veces. El caso de Juan no fue pasado por alto por nadie.

 

A finales del año pasado, otro ixhuateco, José Abel Carrasco, provocó una reacción similar: el pueblo, sin distinción alguna, se desbordó en muestras de apoyo en su competición por un lugar como cronista deportivo en un medio de comunicación por todos conocido. Likes, links compartidos, tuits y demás muestras de apoyo hicieron ruido en el nuevo espacio de deliberación, la web. Lo mismo en el pueblo, donde se le deseó lo mejor en tal evento.

 

Antes, Javier Aquino Carmona “cruzazulizó” a Ixhuatán entero y desató la aquinomanía, que hasta el día de hoy permanece: de principio a fin, ha recibido el respaldo total de los habitantes de la comunidad al grado tal que, en cada visita suya a nuestra tierra, grandes masas se movilizan para tener alguna experiencia directa con el volante del Rayo Vallecano. Hoy una cantidad importante de paisanos lo seguimos de cerca y apoyamos en su participación en la Copa América de Chile. Ojalá que muestre ante el mundo, una vez más, el talento que lo caracteriza.

 

Quizá cada uno se solidarice con la causa de algún ixhuateco desde una trinchera diferente, pero, al final del día, está ahí. En su libro “Ixhuatán: Las hojas de su historia”, Juan Henestroza concluye argumentando que las situaciones de crisis –como lo fue la resolución agraria de Luis Echeverría- son las que terminan unificando y dándole el carácter que le hace falta a una comunidad –en este caso, la nuestra-. Estos tres ejemplos –uno de rabia y dos de enjundia-, sospecho, dan indicios de que algo de razón tiene.

 

Con todas nuestras contradicciones, diferencias y posiciones, como nuestro pueblo y su gente no hay algo siquiera parecido.

 

Anexo: los esperamos hoy en punto de las 18:00 horas (horario de verano) en la casa de la cultura Andrés Henestrosa para festejar juntos nuestro primer aniversario. Reapropiémonos de nuestros espacios públicos. El diálogo es un factor importante en toda sociedad democrática.